“Cuando mi mamá había fallecido, las burlas siguieron y se hicieron dobles”
A un año de la muerte de Marjorie Cantillo, la repostera que falleció tras varias críticas por el aspecto de una torta de Mickey Mouse, su familia habla de cómo ha sido la vida sin ella.
“Tocamos puertas para continuar con el proyecto de mi mamá, porque no tenemos el capital para seguir su legado”. Estas son las palabras de Katherine Torres Cantillo, una de las cuatro hijas de Marjorie Cecilia Cantillo Romero, la mujer emprendedora barranquillera que murió el 28 de agosto del año pasado a raíz de un paro cardíaco, complicación en una salud que se vio mancillada como consecuencia de las burlas en redes sociales por el resultado de una torta de Mickey Mouse que había preparado para un cliente.
Un año ha pasado desde los últimos dolorosos días para Marjorie, en una cruz que no fue cargada a solas, pues los hechos también afectaron en demasía a su familia. De acuerdo con lo contado por Katherine al diario El Tiempo, las críticas fueron incesantes a pesar de la tragedia.
“Al principio nos tocó luchar bastante con las burlas en las redes, puesto que mi mamá ya había fallecido y las burlas seguían el doble. Las críticas, todo el mundo hablando… Fue bastante difícil”, expuso.
Marjorie era residente del barrio Las Dunas, en la localidad suoriente de la ciudad. En el interior de su vivienda decidió que quería dedicarse a la elaboración de postres, un arte que desconocía, pero del que se interesó con tal pasión que varios allegados no vieron otra opción que apoyarla para hacerla feliz.
Iba aprendiendo a medida que los primeros clientes llegaban. Con el dinero que recolectaba, apoyaba a sus hijas y al sostenimiento del hogar, hasta el momento que llegó el cliente que le daría un giro negativo a la historia.
El origen de la tragedia
La torta con concepto de Mickey Mouse era pensada para una fiesta infantil. Tras recibir el pedido, la persona que realizó el encargo estuvo insatisfecha y decidió denunciarlo a través de sus redes sociales.
“Hemos mandado a hacer este pudín muy bonito y miren la vulgaridad que nos acaban de entregar. Denuncia ciudadana. Miren esta vulgaridad, qué pudín tan horrible”, expresó el cliente.
El auge en redes sociales que tuvo esa publicación provocó que las ventas de la tienda de repostería se fueran 'a pique' y las bromas no pararon, a pesar de que la mujer publicó el porqué del resultado.
“Yo no hago pedidos así, los tomo con días de anticipación. Entonces hice el pudín y me tocó salir en ese momentico, pero ya había dejado todo. Mi hija, que no es repostera, en su inocencia me ayudó al ver que me estaba demorando y cuando llegué ya había forrado el pudín”, relató Cantillo.
Pero, a pesar de que se disculpó y comenzó a tomar clases para mejorar sus habilidades, los ataques no cesaron. Ya afectada por las críticas y la disminución en las ventas de su tienda, la mujer también fue blanco de ataques que iban desde insultos hasta un ataque con piedras a su vivienda.
“Mi mamá estuvo hablando por teléfono con la persona que subió el video. Tuvieron una discusión, para que bajara el video. En ese momento, empezaron a tirarle piedras a la casa. Ella se asustó, se aturdió y se cayó de las escaleras. Se golpeó el estómago, se lastimó la intervención quirúrgica y presentó un sangrado”, recuerda Katherine, una de sus hijas, en conversación con El Tiempo.
En total, permaneció internada por 20 días hasta que se confirmó su fallecimiento el domingo 28 de agosto.
Los últimos días junto a la familia
Pese a todas las adversidades, Marjorie mantenía una actitud positiva ante la vida. Así la recuerda su hija, quien relata que no alcanzó a recibir el diploma por el taller de cocina al que se había inscrito para mejorar su habilidades.
Sin embargo, todo cambió en los últimos días. “Ya en sus últimos momentos, mi mamá ni siquiera hablaba. No sabemos qué pasó. Fue muy doloroso, fue muy triste, éramos las cuatro (hijas) y mi mamá. Fue muy doloroso y lo seguirá siendo hasta que Dios nos dé vida”.
Por último, Katherine decidió enviar un consejo a la sociedad para prevenir tragedias de esta índole: “Mi consejo a esas personas es que no juzguen a las personas sin antes saber qué viene detrás de todo. Hablamos sin saber, juzgamos sin saber y no debería ser así. Puedo decir que mis hermanas y yo hoy somos víctimas de eso, hoy estamos sin mamá a raíz del bullying que hacen en redes sociales y que ha dañado a tantas familias, porque no solo a la mía”.