Historias

Así fue el último Año Nuevo de las Farc con fusiles

Guerrilleros recuerdan que antes de la firma definitiva de la paz con el Gobierno, cuando los enfrentamientos eran frecuentes con el Ejército, también celebraban pero no con la tranquilidad con la que lo hicieron anoche.

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"Quiero en vez de un fusil en mis manos llevar una flor", cantaron al amanecer de este 1 de enero los guerrilleros del frente 59 de las Farc, que celebraron en su primera fiesta de fin de año en paz, después de 52 años de conflicto armado.

En un campamento situado en cercanías de Conejo, un caserío del municipio de Fonseca, La Guajira, los guerrilleros celebraron la Nochevieja con la certeza de que sería la última vez que estarían en el monte con el fusil al hombro, una fiesta en la que estuvo presente Efe.

La celebración incluyó una cena con cerdo, gallina, buñuelos, dulces y chocolates, así como baile al son de música tropical colombiana.

A las doce de la noche, cuando todo el país daba la bienvenida al 2017, los guerrilleros de este frente de las Farc se fundieron en un abrazo colectivo y se trasmitieron los mejores deseos para el año que comienza.

Silfrido Mendoza, alias de un guerrillero de 38 años, 24 de ellos en las Farc, explicó a Efe que el poder celebrar este primer fin de año a punto de dejar las armas "es un sueño que por fin se está viviendo y marca un punto de partida para que de aquí en adelante se pueda consolidar aún más la tan anhelada paz".

"Esta fue esperanza de nosotros todo el tiempo y por fin se dio", agregó Mendoza en el campamento donde están reunidos a la espera de que se les ordene el traslado a la zona veredal transitoria de normalización (ZVTN) de Pondores, cercana a Conejo, donde harán el paso de la lucha armada a la vida en sociedad.

A estas zonas, 20 en total, más seis campamentos menores, los guerrilleros deberían haber llegado en diciembre pasado, pero problemas logísticos llevaron al Gobierno y a las Farc a postergar su movilización hasta este enero.

En el campamento donde están preagrupados en Conejo, el ambiente era festivo y de esperanza en este primer día de 2017.

"Pensamos que con el apoyo de los colombianos podemos alcanzar el sueño de paz que tenemos y por el que estamos trabajando", añadió Mendoza.

El guerrillero confiesa que espera reencontrase muy pronto con sus padres a los que no ve desde hace 22 años cuando, según él, por "presiones del Ejército" tuvo que ingresar a las FARC para "salvar su vida".

"Esta es la primera celebración de fin de año que podemos festejar no sólo como guerrilleros sino que esta vez, por las condiciones de paz, pudimos celebrar también las navidades con nuestro pueblo", afirma por su parte a Efe un compañero suyo que usa el alias de "Elio Durán".

El guerrillero recuerda que antes de la firma definitiva de la paz con el Gobierno, cuando los enfrentamientos eran frecuentes con el Ejército, también celebraban pero no con la tranquilidad con la que lo hicieron anoche.

"Siempre, como colombianos que somos, hemos seguido las tradiciones: hacemos la fiesta, hacemos los tamales, buñuelos, natilla, hacemos el sancocho de medianoche y nos deseamos el feliz año", agregó Durán.

Este guerrillero de 38 años, 25 de ellos en las Farc, sueña con poder conocer muchos lugares, "ir a cine, a teatro, de paseo al mar" una vez deje las armas y vuelva a la vida en sociedad, lo que debe ocurrir a finales de mayo que es cuando debe concluir el proceso de desmovilización de las Farc.

Durán subraya que después de tantos años en la ilegalidad quiere iniciar una nueva vida con "la conciencia de que ahora somos un partido político y que vamos a continuar con nuestra lucha política", en referencia a la transformación que harán las Farc de la lucha armada a la legalidad.

"El gusto de uno es seguir construyendo lo que hemos luchado durante 52 años, es decir, hacer un cambio social que permita una mejor forma de vivir", concluye.

Durante el último día del año los guerrilleros enviaron saludos a través de la clandestina cadena radial bolivariana "Voz de la resistencia" en el que destacaron al 2016 como un año de "logros por la paz con justicia social para Colombia".

También recibieron la visita de observadores del Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MM&V) del alto el fuego bilateral y definitivo, instancia tripartita integrada por delegados del Gobierno de Colombia, la ONU y las Farc.

No obstante la tranquilidad y esperanza que la paz supone para las Farc, Mendoza afirma que "en todos los guerrilleros hay un margen de duda" por los ataques de bandas paramilitares contra líderes sociales y reclamantes de tierras en diferentes partes del país, pese a lo cual "la intención es avanzar en la construcción verdadera de la reconciliación (que) es más fuerte que cualquier presión que tengamos".