Esta semana quiero presentarles a la cantante beninesa Angélique Kidjo, una de las estrellas de la música africana, quien lanzó el pasado 19 de abril su álbum Celia, que honra a Celia Cruz, la Reina de la Salsa.
En el álbum de homenaje a Celia, Angélique explora las raíces africanas de la cantante cubana, y recrea canciones de la extraordinaria carrera de la Reina Rumba mediante una explosión de sonidos y ritmos de Cuba, África, el Cercano Oriente, las Américas y más.
El disco Celia fue grabado entre Nueva York y París, producido y arreglado por David Donatien. Angélique está acompañada por una gran cantidad de músicos, entre ellos el gran baterista de Afrobeat nigeriano Tony Allen y Meshell Ndegeocello al bajo, que aparecen en varias canciones, además de su antiguo guitarrista Dominic James, la Gangbé Brass Band de Benín, el saxofonista británico Shabaka Hutchins y su trío Sons Of Kemet, y otros más.
En el álbum Celia, publicado por Verve y Universal Music France, Angélique Kidjo recoge 10 de los temas que la guarachera cubana grabó durante su carrera musical junto a la Sonora Matancera, Tito Puente y Johnny Pacheco, actualizando y volcándole patrimonio africano a grandes clásicos como Cucala, La vida es un carnaval, Sahara, Baila Yemayá, Toro Mata, Eleguá, Químbara o Bemba colorá.
El álbum Celia es una especie de ajuste de cuentas de Angélique Kidjo ya que ella cuando era niña, vio a Celia Cruz cantar en Benín y su energía y alegría le cambiaron la vida.
Recuerda que fue la primera vez que vio a una mujer poderosa en un escenario. “Su voz era percusiva y sus canciones resonaban de manera misteriosa dentro de mí”, dijo la cantautora que muchos años después, supo que estaba cantando las canciones de Yoruba que se interpretaban en Benín hace 400 años.
Dice Angélique Kidjo que siempre ha sentido a Celia Cruz como una hermana mayor pérdida del otro lado del mundo. Ambas experimentaron el exilio y siempre han estado orgullosas de sus raíces africanas.
Interesante homenaje a la inolvidable Celia Cruz con una cuidadosa selección de 10 temas. Lástima que el disco dure solamente 37 minutos.
Vale la pena señalar que las canciones son interpretadas en un perfecto español, lo cual dice mucho de la artista que no ha dudado de arriesgarse a utilizar el idioma propio de las mismas para no perder esencia, ya que la originalidad de las versiones se centra en el interés por recalcar los ingredientes del continente africano que ya están mezclados en la música afrocubana.
Sin duda este es un disco que va más allá del mero homenaje, un álbum que trasciende más allá de una compilación de versiones, pues Angélique Kidjo siempre le agrega un plus excelso a todo aquello que pasa por sus manos. No en vano ha sido tres veces ganadora del Grammy anglosajón.