Uno de los grandes ídolos rojiblancos, el uruguayo Sebastián Viera, que hasta hace poco era el ‘ángel del arco rojiblanco’, bajó a la pista atlética y se paró en el sector de norte para recibir el cariño de la gente.
El estadio se unió al cántico, mientras Viera, emocionado, saltaba y alentaba de un lado a otro, como un niño, como un barrista más, como un hincha más.
El ex arquero del Junior tomó camino por el túnel de norte y minutos después se le vio en esa misma tribuna, en la parte alta, junto a la barra, cumpliendo uno de sus viejos deseos, alentar al equipo que lo adoptó como ídolo, en medio de banderas, instrumentos y cánticos.
Fue ahí cuando se volvió a escuchar el estribillo, “oleee, oleee, oleee, Vieraaa, Vieraaa, oleee, oleee, Vieraaa, Vieraaa”, pero está mucho más fuerte.
Fue un momento dulce, mágico y anímico que animó los minutos previos a la salida de los jugadores al campo de juego para arrancar la final de la Liga II-2023, entre Junior y Medellín