“Sé que mi fútbol le va a encantar a muchos en Brasil”: César Haydar
El atlanticense espera estampar pronto la firma en el contrato que lo unirá al Red Bull Bragantino. Entrena junto a Rangel al margen del equipo.
César Haydar cuenta los días para que su pase al Red Bull Bragantino sea una realidad. El defensor rojiblanco entrena —por separado, junto a Michael Rangel— con la mente puesta en Brasil, donde espera pronto radicarse para demostrar todo su talento en el país pentacampeón del mundo.
En diálogo con EL HERALDO, Haydar habló de este gran reto que se avecina y las ganas que tiene de triunfar en el exterior.
¿Qué significa para usted este paso que está a punto de dar al fichar por el Red Bull Bragantino del Brasil?
Para mí sería muy lindo que todo se diera. Faltan detalles y estamos a la espera. De concretarse, sería un motivo más de alegría para mí y mi familia, que poco a poco van viendo como mis sueños se van haciendo realidad.
¿Desde hace cuánto se está manejando esta posibilidad?
Tengo entendido que desde hace un año ellos han estado preguntando por mí y me han hecho seguimiento. Solo hasta ahora se está concretando algo oficial.
La negociación ha avanzado, pero la firma del contrato aún no llega. ¿Por qué cree que se ha demorado tanto?
Hay mucho trámite, muchas cláusulas, todo eso demora. La verdad yo trato como de apartarme de eso, porque me lleno de ansiedad. Mi representante es el que ha manejado todo y yo solo me dedico a entrenar para llegar de la mejor forma. Dios mediante pronto se concretará todo.
A pesar de que no tiene muchos partidos en primera división con Junior, ¿se siente capacitado para dar este paso?
Yo me siento preparado, me tengo fe y confío mucho en mis capacidades. Sé que mi fútbol les va a encantar a muchos en Brasil y de allá voy a dar el salto a Europa. La cantidad de partidos para mí es lo de menos, lo importante es el talento. Uno con cinco partidos se puede ir a donde quiera y dar de qué hablar. Ya he jugado en Junior, he estado en Selección juvenil y creo que todo eso suma y me da la experiencia para asumir este reto.
¿Cómo ve el tema del idioma en Brasil?
Pienso que no es difícil. Si uno le pone empeño, hasta viendo TV lo aprende (risas).
Si algo lo ha caracterizado es la confianza que siempre ha demostrado tener en sí mismo. ¿Cree que eso es una de sus virtudes?
Sí, claro. Me tengo mucha fe. No sufro de nervios cuando entro al campo. Sé que tengo el talento suficiente para triunfar. Esa es una de mis grandes virtudes, la confianza y la fe que me tengo
¿Ha recibido consejos por parte de compañeros o del cuerpo técnico, ahora que está a un paso de ir al exterior?
Sí, claro, uno siempre habla con los compañeros, ellos siempre han estado ahí apoyándome. Me regañaban por las cosas malas que hacía, para que empezara a madurar como persona primero. Estoy muy agradecido con ellos por eso.
¿En qué debe mejorar César Haydar para seguir creciendo?
Yo pienso que debo mejorar más en lo personal que en lo futbolístico. Cada vez que uno va logrando cosas y va avanzando en su carrera uno debe ir madurando, asumiendo más responsabilidades. Hay que poner los pies sobre la tierra. Yo he hecho cosas que quizá por el tema de mi inmadurez me han afectado y es en ese aspecto en el que debo mejorar.
¿Cómo está hoy su relación con el técnico Julio Comesaña?
Con el profe he tenido diferencias normales, porque yo quiero jugar, quiero más minutos, y él por ahí ha dicho que soy aún muy joven. El profe es un técnico al que respeto y del que he aprendido mucho. Nuestra relación es normal.
Hace poco estuvo envuelto en una pequeña polémica porque una vecina lo denunció en redes por no portar el tapabocas. ¿Qué fue lo que sucedió?
Eso no es noticia informativa, es un chisme de barrio. El lío realmente no era conmigo, yo simplemente estaba ahí compartiendo con amigos. La señora una vez tuvo un roce con una de las personas que estaban ahí y pues ese día la quiso tomar conmigo, quizá porque estoy en Junior. Pero no pasa nada, porque yo no estaba haciendo nada malo. La verdad no quiero darle importancia a eso, porque en realidad todavía no soy nadie y eso me tiene sin cuidado. No es como para alarmarse.