Las restricciones de Conmebol referentes a los trapos o telas obligó a que las barras organizadas de Junior buscaran variantes para decorar la salida del club rojiblanco: bengalas rojas surgieron como la alternativa para encender el fuego de la afición tiburona.
Una gran luz roja iluminó la tribuna norte del Metropolitano, los cánticos de los Kuervos ambientaron el frenesí que se vivía en las gradas del Coloso de La Ciudadela.
A eso de las 6 de la tarde aún parecía que el fantasma del estadio vacío rondaba las huestes del onceno currambero: aficionados en los estaderos cercanos al Metro se mostraban con poca intención de entrar a ver el primer encuentro de la serie final de la Copa Sudamericana Junior-Paranaense.
Los revendedores comenzaron a ofrecer boletas casi que a mitad de precio en todas las localidades y fue entonces cuando otra inyección de espectadores se reportó en el cotejo continental. A pocos minutos de iniciado el partido entre colombianos y brasileros, el Metropolitano estaba prácticamente lleno, salvo un sector pequeño en sur.
Todo fue fiesta, incluso después del 1-0 de Paranaense, pues los seguidores del Tiburón se levantaron a darle ánimos a sus jugadores. Ni hablar de lo emocionante del 1-1 de Yony González. Las gradas del Metro vibraron tras la anotación del atacante, quien celebró a un costado de la tribuna occidental.
Una que otra discusión por los asientos numerados, pero hasta ahí, la tranquilidad en general primó anoche en el Roberto Meléndez, tanto así que luego de terminado el cotejo hubo una gran muestra de paz. La barra de Paranaense gritó el nombre de Junior, lo que llamó la atención de los aficionados rojiblancos de Norte, quienes los escucharon para luego aplaudirles como gesto de cordialidad.
La salida del estadio transcurrió en total calma. La Policía no reportó situaciones anormales de orden público en los momentos posteriores a la evacuación del público.