Nadie le puede negar a nadie que avizore su futuro y se “acomode”. Lo digo porque cada vez, por estas épocas, se habla de la posibilidad que un equipo pierda su último juego para evitar un rival o que un equipo que pelea entrar a la postemporada ofrezca incentivos a otros eliminados que pudieran ayudarlo a clasificar.
Antes se hablaba del hombre del maletín y de la mujer de la cartera, pero eran otros tiempos y otras formas pues se decía que daban incentivos para perder. Lo traigo a colación por las llamadas que he recibido sobre “ah vaina, Julio se acomodó” refiriéndose a Comesaña y al Junior. No sé si seré muy desprevenido o muy candoroso, pero no creo posible que un técnico de cualquier deporte le insinúe o le diga directamente a sus dirigidos “hoy vamos a perder”.
Es que no se trata de un partido, ni de una clasificación, se trata de su carrera, de su credibilidad, de su prestigio. Ahora se vienen los topes. Santa Fe se ganó la rifa del tigre pues le tocó el Deportes Tolima a quien todos huían.
A Caldas le tocó Rionegro, el 8º clasificado y es favorito. Medellín y Bucaramanga jugarán una serie bastante dura y pareja. Junior y Equidad harán una llave equilibrada pues son equipos bien trabajados y tácticamente muy definidos, aunque es apenas lógico pensar que la nómina del Junior (nombre x nombre) es más que la de Equidad, pero, no olvidemos que el equipo de Suárez fue uno de los tres grandes equipos del torneo junto a Tolima y Once Caldas.
Estamos a menos de un mes de la final de la Liga Águila y de la Copa Suramericana. Gracias al Dios del fútbol, Junior está con reales posibilidades en ambos torneos.