Fue un partido loco. Sin respiro. Vibrante y emotivo de principio a fin. Dos penaltis, prácticamente dos autogoles, tres golazos, uno en el minuto de adición (90+2), y agónica victoria de Junior 4-3 ante Deportivo Pereira, en la noche de este miércoles en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, en el partido de ida de la serie de octavos de final de la Copa Colombia.
Pasó de todo. Sobraron pifias, pero también emociones. Nadie puede negar que se divirtió en el segundo juego que el club tiburón encaraba bajo el mando de Arturo Reyes.
El entrenador rojiblanco debe estar feliz con el cambio que ha tenido su equipo ofensivamente (ocho goles en dos partidos e innumerables opciones de gol), pero preocupado por la falta de comunicación y garrafales errores de su defensa.
Junior puso el pie en el acelerador de inmediato. Tal cual como sucedió ante Once Caldas, los dirigidos por Arturo Reyes, con su 1-4-3-3, salieron a presionar en el área rival y se adueñaron totalmente del balón.
No aplazaron el dominio. La encerrona empezaba con un Larry Vásquez inmenso y atento a todos los rebotes y a cualquier intento de fuga de los ‘Matecañas’.
Se recuperaba rápido la pelota y con criterio se reiniciaba un nuevo ataque.
Tal vez hacía falta mayor movilidad y diagonales en la delantera, que esta vez era encabezada por Cristian Martínez, pero lo que hacían ‘Cariaco’ González, Fredy Hinestroza con el perfil cambiado, juntándose con Juan David Rodríguez, Didier Moreno y el decidido apoyo de Gabriel Fuentes y Marlon Piedrahita, alcanzaba para someter al adversario y generarle opciones de gol.
Más tino en los remates y una mejor elección en el último pase frustraron un marcador más abultado a favor del anfitrión.
Apoyo a Martínez
Junior solo pudo marcar al minuto 15 a través de un penalti que le cometieron a Didier Moreno en una de las buenas jugadas colectivas que desplegó Junior.
‘Cariaco’ agarró el balón dispuesto a cobrar, pero algunos de sus compañeros se acordaron de la sequía que ha tenido Martínez y le cedieron el esférico para que se reivindicara del penal que despilfarró en Paraguay y se tomara confianza.
Martínez, que recibía otro chance en la titular, el primero con Reyes, aprovechó, pateó certero y concretó el 1-0. Todo el equipo, hasta Viera y los emergentes lo abrazaron y lo alentaron por la anotación. Clara muestra de respaldo por la lluvia de críticas que ha recibido el veterano atacante en medio de su verano anotador en este comienzo con los ‘Tiburones’
Pereira apenas llegó con algo de riesgo en un par de acciones de
Bryan Castrillón. Nada más. No preocupaba
Llegó la locura
En el segundo tiempo, Dany Rosero, que venía cumpliendo un trabajo inmaculado en la zaga, comenzó a mancharlo, a los dos minutos, cometiendo un penal innecesario ante Franco Arizala, que recibía la redonda de espalda.
Bryan Castrillón ejecutó y consiguió el impensado empate. Junior no se descompuso y en menos de 10 minutos, Cristian Martínez se terminaba de sacudir de su letargo y anotaba con un potente cabezazo en el área chica ante un pase-gol (no un centro) de Piedrahita.
Las aguas volvieron a su cauce. Todo tranquilo y bajo control hasta que las pifias, como el sábado anterior ante Once Caldas, hicieron su asomo en la zona posterior de Junior.
Rosero, que ha mejorado notablemente su desempeño, tuvo otro lapsus errático y bañó a Viera intentando entregarle una pelota con la cabeza. ‘Blooper’ mayúsculo. Aunque Arizala terminó empujándola y le dieron el tanto a él, eso fue un autogol.
El 2-2 en el marcador sí desencajó al equipo de Reyes. Se hicieron unos cambios de jugadores y de esquema. Se extravió un poco el norte, mucho más después de la infortunada jugada del 3-2 para la visita.
Fuentes, en su afán de parar una intentona de Bryan León por la izquierda, terminó desviando un centro del delantero hacia la portería de Viera.
Baldado de agua fría que hizo pensar en la derrota, pero Hinestroza, rápidamente y con la pierna que usa para subirse al bus, marcó un golazo y encarriló de nuevo las posibilidades de victoria.
Con ese envión anímico y el respaldo decidido de la escasa hinchada que se dio cita en el Metro, Junior se fue en busca de la diana del triunfo, teniendo como principal obstáculo las permanentes interrupciones y pérdidas deliberadas de tiempo del visitante. Más de cuatro sufrieron ‘calambres’.
Sin embargo, el equipo local no bajó los brazos y Larry Vásquez, que había estado brillante en su labor como mediocampista, ratificó su condición de figura del juego y le dio un merecido final a esta montaña rusa. Riflazo desde fuera del área y golazo para redondear una victoria loca.