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Hablamos con Pablo Giralt, el narrador de fútbol más famoso de Latinoamérica

El narrador estrella de Directv Sports habló con AL DÍA acerca de su carrera.

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Pablo Giralt no pudo aguantar el llanto el primero de julio de 2014, cuando Ángel Di María anotó el tanto del triunfo de Argentina por 1-0 ante Suiza, en el minuto 117 del tiempo suplementario en los cuartos de final del Mundial de Brasil.

Ocho días después y en otra jornada vibrante, no se pudo contener nuevamente y casi que no podía hablar cuando Maxi Rodríguez anotó el penal definitivo en la definición ante Holanda, que le dio el paso a la final a la escuadra argentina.

A pesar que dichos momentos venían antecedidos por una carga emocional extra, Giralt demostró toda la pasión que le imprime a su trabajo, el cual disfruta en todo momento, como él mismo cuenta.

Giralt, de 43 años, se ha convertido en uno de los narradores más famosos del continente, gracias a su estilo y al prestigio ganado en el canal deportivo Directv Sports, donde hace dupla con Juan Pablo Varsky. En diálogo con AL DÍA desde Buenos Aires, contó algunas de sus vivencias a lo largo de su carrera y de cómo se ha consolidado a través de su profesión.

¿Cuáles deben ser las características de un buen narrador?

Yo creo que el que narra fútbol debe transmitir pasión, pero el problema es que esa pasión debe ser auténtica, tiene que estar en el tono, tiene que estar en la voz, tiene que estar en las ganas, tiene que estar en la concentración, aquel que vaya a fingir una emoción se va notar, al menos para mí.

El narrador que finge pasión se le nota que quiere simular algo que no existe, exagera algo que no hay, sobre todo en televisión, donde todo es visible, entonces creo que es muy difícil lograrlo y hay que tener un tacto y un sentido de oportunismo que quizás te lo da la experiencia, pero se le nota mucho a los que quieren fingir algo que no está pasando.

¿Cómo se debe cuidar alguien que se quiera dedicar a este oficio?

Yo tengo una premisa para mi trabajo, uno puede tener un día bueno, regular o malo, porque a todos nos pasa, somos todos seres humanos y somos falibles. La diferencia está en la preparación, si yo me predispongo a descansar bien, me cuido, no voy a algún lugar ruidoso la noche previa, trato de dormir por lo menos siete u ocho horas, en fin, al descansar son más altas las probabilidades que el trabajo salga bien, son mejores a si salgo de rumba, como se dice habitualmente, o tomo bebidas muy frías, etc.

Creo también que es una cuestión psicológica, cuando uno se cuida tanto es permeable a que le pasen cosas, creo que tiene que haber un equilibrio, pero uno tiene que tener la responsabilidad. En el caso mío yo me cuido bastante, porque además como soy muy perfeccionista, trato de hacer que las cosas salgan al 200 por ciento y no lamentarme. Hoy, con el paso del tiempo me perdono tener un mal día, porque puede suceder y el día que eso pase darme cuenta para hacer que sea un buen día o discreto.

¿Tiene alguna cábala para antes de iniciar con sus labores?

Pues no tengo, pero a veces, para tratar de estar bien, uso mis propios auriculares, mis micrófonos, tengo mis caramelitos de miel. Tengo cierta rutina, no como pesado antes de un partido, cosas que tienen que ver con sentirme lúcido, para poder hacer el trabajo. Respecto a los referentes, sí, tengo en Latinoamérica, pero uno a medida que pasa el tiempo va empezando a pulir su propio estilo, uno va tomando de todos algo, de todos los narradores, en radio o en televisión. El secreto de todos es crear un estilo propio y eso te lo da el paso del tiempo y que lo peor es quedarte en una imitación, hay que hacer cosas auténticas y genuinas y de a poco ir soltándose.

La copia te sirve para empezar, te sirve de referencia, pero no aporta nada en una carrera, acá hay que escuchar a todos los narradores, que tienen cosas buenas y cosas malas, tratar de coger las buenas es ir hacia un crecimiento.

Durante el Mundial de Brasil 2014, se emocionó al borde de las lágrimas en varias ocasiones, ¿le pasa con frecuencia en plena transmisión?

En realidad pocas veces me emocioné hasta las lágrimas, porque bueno, en el fútbol es un sentimiento que no es tan habitual y que se reprime, porque tiene que ver con el fanatismo y demás. En el Mundial del 2014 se dieron algunos episodios particulares, en el partido con Suiza puntualmente, que fue la primera vez que me emocioné, que me quebré en tantos años y que fui auténtico en realidad y que me sentí de esa manera.

Esta es una de esas narraciones:

Estaba viviendo una situación personal especial, porque mi mujer estaba embarazada y el día del partido de Argentina con Suiza que lo ganamos en prórroga, esas horas previas había fallecido mi abuela, entonces estaba muy sensible por toda esa situación, más obviamente la carga emocional de lo que significa el fútbol y esas instancias para nuestro país.

Después sucedió algo similar en la semifinal con Holanda, en ese caso particular era la emoción que mi país llegaba a la final y a eso sumarle que había sucedido una tragedia de un colega que yo quería mucho, Jorge López, un muchacho de Olé que falleció en un accidente automovilístico y bueno, toda esa situación, la distancia y lo que genera el fútbol hace que se transforme en un cóctel, en este caso sumamente emotivo.

Se inició en Torneos y Competencias, ¿cómo fue ese proceso?

Recuerdo el debut en Torneos y Competencias, hace 18 años que es el tiempo que estoy allí. Arranqué bastante bien, nervioso como todo debut, en los primeros pasos no tan buenos, pero me fui acomodando y acostumbrando, era un trabajo de narrador y productor a la vez.

Al principio me mandé muchas macanas (errores) en el sentido de apurarme, equivocación en los nombres de los jugadores, en fin, cosas que uno hace mal hasta que las empieza a pulir. Tuve partidos en que las cosas no me salieron tan bien por los nervios, que me superaban.

Pero con el paso del tiempo uno va entendiendo qué debe y no debe hacer, qué riesgos asumir y cuales no, sobre todo porque la televisión te expone, te desnuda, un error se percibe enseguida, más rápido que en otros medios e inmediatamente tienes una evaluación del que esté viendo.

Cuéntenos algo de su experiencia en Mundiales y Juegos Olímpicos...

La experiencia de mi carrera ha sido muy linda, los Mundiales son algo maravilloso, cada vez que va pasando el tiempo uno los empieza a disfrutar más, porque como toda parte de esta carrera, la gente dice: mirá este hace lo que le gusta. Pero no saben que detrás de nuestro trabajo hay un sacrificio enorme, hay esfuerzos, hay presiones, hay muchas competencias, imponerse es muy difícil. No todo lo que brilla es oro dice una frase y es cierto, no es tan fácil lograr ese cometido.

En cuanto a los Mundiales, el de Brasil 2014 es un punto de inflexión para mí, siendo más auténtico, siendo más despojado de prejuicios, permitiéndome llorar, emocionarme y demás, me permite esto disfrutarlos más, a mi Selección y narrar a mi Selección, además de todo el cariño que le tengo a las selecciones sudamericanas. Los Olímpicos es menos tiempo, es otro tipo de actividades, otro tipo de público que está más mezclado, creo que la masividad que tiene un Mundial no la logra un Olímpico, aunque hay casos de casos y esto puede ser al revés.

La dupla que hace con Juan Pablo Varsky es una de las más famosas en Sudamérica, ¿cómo llegaron a tener esa química en lo laboral?

La química con Juan Pablo Varsky ya es algo que data de hace 14 años que estamos juntos trabajando, somos un dúo que ya se conoce de memoria y que ya hemos pasado todas las etapas, del amor, de enojarnos pero en cosas simples o tonterías, porque nunca hemos tenido discusiones graves ni mucho menos.

Creo que nos hemos respetado mutuamente y esto ha hecho que la relación crezca y tenga fuertes cimientos, esa es la clave o el secreto por el cual nuestra relación y el producto que hacemos en definitiva sea bueno, porque hay un respeto mutuo y porque cada uno sabe el lugar que ocupa el otro y para mí es un enorme placer el poder disfrutar del trabajo que realizo con él, es muy lindo que pase eso, hay otros que van a trabajar toda la vida y nunca se van a llevar bien.

Nosotros tenemos la suerte de trabajar juntos, de respetarnos, de querernos y de entender que ya la relación trascendió de ser un simple trabajo.

¿Escucha a los relatores colombianos? ¿Qué opinión le merecen?

Me gusta el estilo de relato de los narradores o comentaristas colombianos, es un estilo alegre y eso me parece muy simpático y el tono y demás, eso me parece muy agradable para el oído. Además creo que hay una reciprocidad, porque el colombiano también escucha al argentino y entonces eso también hace que el producto sea bastante similar.

Una vez me le acerqué a un relator que daba charlas y me pregunto que si yo quería ser relator, yo le dije que sí y él enseguida me dijo: entonces empieza a relatar lo que sea, agarrá un casete y empieza a grabarte y entonces empecé. Iba a partidos de baloncesto y empecé a grabarme, en mi ciudad, Venado Tuerto.

El equipo Olimpia estaba fuerte y era la moda. Parecía un loco pero era la mejor forma de aprender, grabándome y escuchándome, arranqué con mis primeras experiencias en radio, empecé a armar mi equipo siendo muy joven, a todo pulmón, con amigos. Pero tenía que practicar, para equivocarme y mejorar, para luego ir a grandes ligas y tener un margen de error mucho menor.