El penal se patea con técnica y mente

Desde 2014, Junior ha perdido tres finales en la definición desde el punto penal y las enseñanzas, análisis y reflexiones siguen avivando el debate de afición, el club y especialistas sobre cómo enfrentar esos momentos que hacen parte del juego.

Este año, el equipo tiburón sumó 12 tiros penales fallados, de los cuales cuatro fueron tirados en la Copa Sudamericana y tres no terminaron en la red. ¿Qué pasa por la cabeza de un futbolista antes de patear un tiro penal? ¿El estado de ánimo y la emoción del pateador son determinantes para anotar? ¿Es la técnica y el entrenamiento acumulado los aspectos que determinan la eficacia ante un portero?

Miguel Ángel ‘el Zurdo’ López, entrenador y campeón con Junior en 2004 en la definición desde el punto penal ante Atlético Nacional, está sorprendido con lo que vio la noche del miércoles en Curitiba, en la final ante el Panaraense, pero entiende que es fútbol. Se falla y se pierde.

“Me sorprende la definición y que lo boten de esa manera jugadores como Jarlan y Teo. En el fútbol todo tiene que sumar y hay que tratar de corregir para el próximo partido, porque la competencia continúa”, dijo Miguel Ángel López.

“Le doy un alto porcentaje a lo que pasa por la cabeza de un pateador antes de tirarlo. Es inevitable que hay un nerviosismo. Todos los sienten y hasta el más valiente. En teoría parece fácil. Se siente presión y se pregunta uno: ¿Y si fallo? La parte mental hay que entrenarla como los tiros penales. Todos podemos tener miedo, pero sabiendo que siento seguridad y que lo voy a meter”.

El médico barranquillero y coach Rafael Zuliban explicó que la importancia de fortalecer la mente de la gente junto con el cuerpo hacen una mezcla que debe hacer vencer al ser humano y al deportista ante retos y escenarios como los que enfrenta un futbolista. “Los miedos inconscientes disparan múltiples programas en la mente y simultáneamente que llegan a copar toda la mente consciente de la persona. Generalmente la mayoría de estos pensamientos son temores y generan una estrategia mental muy interesante. Por una parte se aumenta la producción de adrenalina, que aumenta el ritmo cardíaco, la sensación de angustia, inestabilidad y aumento del tono muscular. Se cambia la percepción del tiempo se cambia y altera la percepción espacio temporal y finalmente como todo; cuando una persona se enfoca en sus temores lo que se hace realidad son sus temores”.

En otras palabras es lo que dijo el barranquillero Arnulfo Valentierra, un pateador excelso desde el punto penal: “En una final el corazón va a mil, y si no estás seguro de lo que se hace, hay un porcentaje alto de que no patearás bien. Pero si estás seguro de lo que haces y estás calmado en esas instancias, con el estadio lleno y pensando que no fallarás, cumples con anotar. Considero de todos modo que hay que entrenar los tiros penales”.

Fernando Fiorillo, médico y exjugador de Junior y campeón en 1980, dijo que lo mejor para estas situaciones es elegir a un pateador descomplicado y seguro, que si falla, sepa mantener el equilibrio jugando y sin derrumbarse. “La parte mental es fundamental para patearlo. Así lo sintió Jarlan que tenía la responsabilidad de definir un campeonato; sigo insistiendo que las escuelas de fútbol deben formar personas para que tomen decisiones ante estos momentos”, agregó Fiorillo.

Juan José Ordóñez, preparador físico y coach, dijo que los entrenamientos de la mente y el cuerpo tienen que ir de la mano. “En el mundo ya se entrena de manera integral, no separado, porque el deporte llega a esos picos muy altos y se debe poder cuantificar, como se hace con la fisiología, la medicina. También necesitamos cuantificar los miedos a ganar o a perder, y es algo que se apodera no de la mente, también de su cuerpo que lo lleva desde sus glándulas y hormonas a realizar movimientos que lo pueden hacer errar un penal”.