Riñas entre jóvenes bajo la lluvia: el panorama de los barrios más afectados
Cuando aparecen las temporadas de lluvia, Las Gardenias y Las Cayenas se convierten en “campos de batalla” para los jóvenes que se lazan objetos y se atacan unos a otros con armas cortopunzantes.
Duván Andrés Arrieta de 22 años, residente del sector de Las Gardienas, decidió tener otro estilo de vida diferente al de cientos de jóvenes que residen en los barrios con mayor presencia de conflictos bajo la lluvia que sin motivo alguno, crean escenarios de guerra para atacarse unos a otros.
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Las madres de estos adolescentes ruegan durante la temporada invernal para que sus hijos no caigan en los enfrentamientos, ya sea porque estén participando de estos o simplemente porque caminaron en una de las tantas fronteras invisibles.
“Esta es una comunidad con muchos problemas de convivencia. Veía amigos míos haciendo esas actividades, nunca se me dio por hacerlas, pero crecí en ese conflicto. Yo les decía, pero ellos tenían una barrera entre conjuntos, con todo eso crecí en mi cabeza, pero no era algo me gustara”, expresó Duván.
Relató la fortuna que tuvo al entrar en un programa que permitiera que rehiciera su vida, aplicar a un deporte como el fútbol y desarrollar el oficio como panadero, con el que ha subsistido con la venta fiada en el colegio y en el barrio. Tiempo después consiguió un trabajo en una reconocida panadería de Barranquilla gracias a su talento en este oficio.
Señaló que su misma suerte no la tuvieron varios jóvenes del barrio. “Un compañero mío se desesperó, dejó de ir a las capacitaciones y a las clases que nos daban… Y terminó muerto en los enfrentamientos”, describió.
Él contó que a pesar de lo difícil que era –porque ellos crecen bajo ese manto de violencia–, pudo salir de ahí gracias a que sus padres nunca lo dejaron solo. Ahora, este joven tiene los motivos para sonreír y trabajar: se convirtió en padre de una niña.
“Cuando mi hija nació ya habían las ‘peñoneras’, pero con la ayuda de mi mamá y mi papá era difícil que me perdiera. Tengo amigos que están en la droga porque no tuvieron ese apoyo de un padre o una madre (…) yo los invito a que den el paso, para que tengan oportunidades de estudio, de capacitarse, de ser mejor persona día a día. El proceso es duro, pero ha valido la pena”, agregó Duvan.
¿Cuál es el panorama?
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En Las Cayenas y Las Gardenias, la comunidad vive en medio de la zozobra debido a los enfrentamientos que se presentan cada vez que se registra un fuerte aguacero.
Uno de los residentes de Las Cayenas explicó que, la mayoría de las veces, los enfrentamientos son protagonizados por los jóvenes que residen en las distintas torres.
“Los que viven en las torres 7 y 8 se enfrentan regularmente con los pelaos de las torres 4 y 5. Esas peleas son con armas blancas y pistolas. Incluso hace unas semanas se presentó la muerte de un joven que cruzó una línea imaginaria”, expuso un residente de esta zona.
El panorama es similar en Las Gardenias, de acuerdo con la comunidad: “Acá viven muchas personas desplazadas, que han venido de otros barrios. Hemos podido identificar que algunas peleas se deben a que algunos jóvenes que tuvieron problemas en el pasado se han encontrado acá y aquí quieren saldar esa ‘deuda’ pendiente”.
Siete de Abril, Conidec, Carrizal, Las Cayenas, El Pueblito, Las Gardenias, Siete de Agosto, El Bosque, Las Américas, Santo Domingo y La Sierrita hacen parte de los sectores más afectados por este flagelo en la ciudad.
De acuerdo con las autoridades, los jóvenes que viven en estos sectores han optado por el enfrentamiento en las calles como una “vía de solución” a sus diferencias a pesar del trabajo que se ha desplegado para generar mediaciones.
“Lo enfrentamientos entre grupos de jóvenes es un problema complejo en la medida que requiere, no solo el fomento de mecanismos de mediación desde los entes territoriales, sino de una participación comunitaria y familiar, como el compromiso de padres de familia y cuidadores, los cuales representan el mecanismo más efectivo e inmediato que ninguna institución, por más presente que esté, puede llegar con tanta eficacia”, expuso la Oficina para la Seguridad y la Convivencia Ciudadana, liderada por Nelson Patrón.
La dependencia indicó que se ha realizado un trabajo articulado con la Policía Metropolitana a través de la Policía de Prevención y Educación Ciudadana, quienes adelantan campañas y generan intervenciones y operativos para minimizar estas situaciones que ponen en riesgo la tranquilidad de la comunidad.
¿Cómo evitar conflictos?
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El Distrito lidera el programa Vuelve y Juega, como respuesta a los comportamientos y situaciones conflictivas que propician los grupos de jóvenes.
A través de este programa se han creado espacios para que ellos tengan la oportunidad de desarrollar sus proyectos de vida superando estas prácticas de violencia como una manera de resolver conflictos, que a su vez repercute en fortalecimiento de la seguridad y reconstrucción del tejido social.
“Generamos una atención integral para los grupos juveniles vinculados, para que puedan acceder al acompañamiento por parte de un grupo de profesionales especializados: psicólogos, sociólogos y trabajadores sociales, es decir, desde esta estrategia los orientamos para que aprendan a mediar sin usar la violencia, aprovechen su tiempo de manera productiva y puedan cambiar sus comportamientos por acciones que garanticen su bienestar”, explicó Patrón.
Esto quiere decir que no solo se trabaja desde la individualidad del joven beneficiario, sino que se interviene y se involucra a otros determinadores de su entorno para llevar a cabo procesos para la no repetición de comportamientos contrarios a la sana convivencia.
Algunas razones
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El experto Luis Fernando Trejos, profesor del Departamento de Ciencia Política y de Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte, realizó un breve análisis para AL DÍA de las causas de los conflictos entre estas comunidades.
Trejos explicó que partiendo del hecho de que en ambos conjuntos habitacionales hay complejas situaciones sociales y económicas, que sumadas a la estigmatización que sufren sus pobladores, terminan configurando un caldo de cultivo permanente para la conflictividad social.
Por otro lado, los enfrentamientos, que por lo general se da entre jóvenes cada vez que llueve no son nuevos, lo novedoso está en que han ido escalando los niveles de intensidad de la violencia ya que pasaron de atacarse con piedras al uso de armas blancas y armas de fuego artesanales.
“Los enfrentamientos se escenifican bajo la lluvia porque saben que la Policía baja o disminuye su operatividad en ese contexto. Y además, recientemente no solo se han enfrentado entre jóvenes sino que han realizado otros hechos delictivos como hurtos a transeúntes”, expuso.
El experto dijo que la situación es preocupante no solo porque las autoridades no han sido capaces de anticiparlas y detenerlas sino que este tipo de violencia juvenil se convierte “en la puerta de ingreso al mundo criminal” para muchos jóvenes.
Fue enfático en afirmar que “estos enfrentamientos producen daños materiales y zozobra entre los habitantes de esos centros residenciales”.
Justicia Juvenil Restaurativa
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El Distrito puso en marcha dos estrategias para implementar el Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes (SRPA).
La primera de ellas es la Justicia Juvenil Restaurativa, enfocada en los menores de edad que, como producto de las influencias de su entorno, han estado involucrados en algún delito.
Es así como con un grupo de abogados articulados con la Fiscalía hicieron estudios de casos para solicitar ante un juez un principio de oportunidad para generar compromisos ante la justicia con mecanismos de reparación a la víctima, el perdón y garantías de no repetición.
La segunda estrategia corresponde al Seguimiento Judicial de Tratamiento de Drogas, con este se busca que el menor de edad pueda superar su consumo problemático de sustancias psicoactivas a través de un tratamiento médico, bajo supervisión de profesionales y seguimiento por parte de la Fiscalía.
“Las estrategias fueron implementadas con el apoyo del Ministerio de Justicia, la Embajada de Estados Unidos, la Gobernación, ICBF y el Consejo Superior de la Judicatura”, dijo el jefe de la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana, Nelsón Patrón.