Están como sardinas: alerta por hacinamiento y brote de infecciones en la Estación San José
La problemática del hacinamiento carcelario se puso bajo la lupa nuevamente tras el asesinato de un reclusos dentro de la Estación San José, el pasado domingo 7 de mayo.
Compartir la comida, los productos de aseo y las toallas de baño, además del espacio, no es una opción sino un deber entre los presos transitorios de las carceletas habilitadas en las estaciones de la Policía Metropolitana de Barranquilla.
La Defensoría del Pueblo y la Personería Distrital ya habían alertado días atrás sobre la grave situación de hacinamiento en estos lugares de reclusión, que se empeoró a partir del covid-19, pero el asesinato el pasado domingo 7 de mayo de un joven identificado como Aldair Moreno Payares, de 19 años, dentro del reducido espacio de la celda de la Estación San José, a manos de otro interno, volvió a poner este tema bajo la lupa.
Una habitación de cuatro metros de ancho por cuatro de fondo, con una sola puerta donde escasamente se asoma la luz del día y diseñada para albergar a unas seis personas, hoy mantiene a más de 100 presos a la espera de que les definan su situación judicial. Así es la carceleta de la Estación San José, la cual fue remodelada a raíz del atentado terrorista de 2018, ejecutado por el Eln y en el cual perecieron 6 uniformados y hubo más de 40 heridos.
Parece un edificio de hamacas dentro del pequeño sitio, con estos hombres donde no importa el rango de edad ni el delito que cometieron, pues están amontonados, enfrentando varias penas al tiempo. No solo es el estar detenido, ellos pasan otro calvario que es estar hacinado.
AL DÍA hizo un recorrido por este espacio y en diálogo con varios de los internos estos narraron que hay muchos de ellos enfermos: uno presenta VIH, hay enfermos de tuberculosis, otros padecen alergias y erupciones en la piel.
Debido a la aglomeración de los internos y la poca ventilación, los olores son bastantes fuertes en el lugar, por lo que pidieron medicamentos, y sobre todo unas condiciones dignas para cumplir su proceso. Por otro lado, la Policía, institución encargada de su vigilancia, vive un gran temor por lo que se pueda presentar en las pequeñas instalaciones: un incidente, un brote, una fuga.
Los uniformados están expuestos a varios factores de riesgo y lo peor es que no ven una solución a la vista por lo menos para disminuir una problemática que cada día es una bomba de tiempo.
“Mi angustia no es la calle, mi angustia es esta estación, es preocupante la situación que aquí se vive, en cualquier momento puede pasar algo. Hay un hacinamiento grandísimo, se van dos, llegan tres, se van tres llegan cuatro y así”, expresó un agente de los que está asignado a esa estación.
Ante la situación, el personero Distrital, Miguel Ángel Alzate, volvió a hacer un llamado a la Secretaría de Gobierno, a la Oficina de Seguridad y Convivencia del Distrito, al Inpec y a todo el sistema judicial para que “se tomen medidas inmediatas para solucionar los problemas de hacinamiento, salud y alimentación de todas las personas privadas de la libertad en las estaciones de policía”.
Además, elevó una solicitud a la Secretaría de Salud distrital. “Pedimos desde la Personería que se haga una brigada urgente en las estaciones de policía que no cumplen con ningún requisito sanitario”.
Finalmente reiteró el compromiso que se acordó tras la última visita a la ciudad del ministro de Defensa, Iván Velásquez, en la que se pidió habilitar el pabellón de la Penitenciaría del Bosque para poder así despejar las URI, estaciones de policía y carceletas y lograr disminuir a un 13 % la situación de hacinamiento.