Un doble homicidio ocurrido en la madrugada de este sábado 7 de junio en el barrio La Manga, de Barranquilla, causó conmoción.
La Policía Metropolitana ha identificado a las víctimas como Alexis Andrés Rangel Cadavid, de 36 años, y Daniel Andrés Rodríguez Quintana, de 27.
Los hechos se desarrollaron en la intersección de la calle 85A con carrera 15A1. Según los reportes iniciales, Rodríguez Quintana viajaba como copiloto en un vehículo particular, acompañado por otras dos personas.
En ese momento, dos sicarios a bordo de una motocicleta los interceptaron y abrieron fuego directamente contra la parte delantera del automóvil.
Daniel Andrés Rodríguez Quintana recibió disparos en la cabeza y una mano. A pesar de los esfuerzos, falleció minutos después de ser trasladado al Paso La Manga.
Lo que ha añadido una capa de complejidad a este caso son los antecedentes de Rodríguez Quintana.
Una fuente judicial le indicó a AL DÍA que Rodríguez había sido capturado el 17 de mayo de 2024, junto a otro individuo en un edificio del barrio La Cumbre.
Esta detención se produjo después de que las autoridades rastrearan una camioneta que había sido reportada como robada al director de la reconocida emisora radial Olímpica Stereo.
En aquella ocasión, la rápida acción policial permitió recuperar el vehículo en tiempo récord, gracias a un operativo de inteligencia que se apoyó en cámaras de seguridad y valiosas fuentes humanas.
Durante el allanamiento en el lugar de la captura, se encontraron elementos comprometedores como placas falsas, municiones, estupefacientes y controles del vehículo robado.
Por estos hechos, Rodríguez Quintana fue procesado judicialmente por los delitos de receptación, porte ilegal de armas de fuego y municiones, así como tráfico de estupefacientes.
La situación de que Rodríguez Quintana se encontrara en libertad al momento de este ataque sicarial plantea serias interrogantes sobre su posible conexión con estructuras del crimen organizado en la ciudad.
Las autoridades encargadas de la investigación manejan como hipótesis principal de este sangriento suceso una disputa territorial relacionada con el control del microtráfico en el suroccidente de Barranquilla.
Las pesquisas continúan para esclarecer los móviles exactos y dar con el paradero de los responsables.