Xiomara Alfaro, una legendaria voz del bolero que nos deja

Una de las más grandes intérpretes de la música popular cubana de todos los tiempos y especialmente del bolero, Xiomara Alfaro, falleció en el sur de Florida este domingo a los 88 años, según informó Gema Castañedo, publicista y amiga de la artista. Castañedo no reveló las causas del fallecimiento, aunque indicó que Xiomara Alfaro había permanecido hospitalizada durante dos semanas.

“Ya ella venía mal, por eso no pudo resistir el paro respiratorio”, contó. También conocida como ‘El ruiseñor de la canción’ por sus largos agudos durante sus interpretaciones, la artista fue una de las grandes leyendas musicales que brilló en los escenarios cubanos en los años 50, como el famoso cabaret Tropicana.

El bolero Siboney, un tema de su compatriota Ernesto Lecuona, y Moliendo café, fueron sus grabaciones más reconocidas en Latinoamérica. También conocida como ‘La Alondra de la Canción’, abandonó Cuba en 1960 de manera definitiva y continúo su carrera en Europa y Estados Unidos. Entre sus éxitos sobresalen: Niebla del riachuelo, Malagueña, Noche de ronda, Negra triste, Ochún, El manisero, Duerme negrita, Alma llanera, Mírame así y Angelitos negros.

“Xiomara Alfaro, quien murió en Cape Coral, al suroeste de la Florida, era una de las últimas leyendas vivientes que se va sin regresar a Cuba”, dijo Omer Pardillo, presidente de la Fundación Celia Cruz.

“En el exilio, y de esa época, nos quedan Cándido Camero (percusionista, que vive en Nueva York) y Olga Chorens (actriz y cantante de 94 años, con residencia en Miami)”, indicó Pardillo, quien siguió muy de cerca la trayectoria musical de la artista que grabó más de 28 discos, algunos de ellos con la colaboración de Bebo Valdés y Ernesto Duarte Brito.

Según la enciclopedia digital oficialista EcuRed, “como sucedió con casi la gran mayoría de las cantantes cubanas, Xiomara Alfaro se ganó un concurso en una radio cubana y desde ese momento quedó marcado su destino como cantante”.

Esta mujer que nació en La Habana el 11 de mayo de 1930, estaba casada con el pianista panameño Rafael Benítez, quien fue su arreglista y colaboró en la grabación de sus producciones.

 

CREÓ SU PROPIO ESTILO

 

Su estilo propio y singularidad no se había presentado en la interpretación de la canción popular cubana, orientando su actividad hacia el bolero, para lo que se le escogió un repertorio que se adaptaba a su asombrosa voz de soprano que le permitía hacer impresionantes registros agudos.

Este estilo fue casi inmediatamente aceptado por los amantes del bolero, ya que se trataba de algo novedoso y con características musicales muy sonoras adornadas con esas notas tan sorprendentes, más propias de una intérprete del canto lírico que de una cantante de música popular.

Por su arrollador talento fue comparada con artistas como Olga Guillot, Celia Cruz y Omara Portuondo. También se destacó en la pantalla gigante al participar en la película italiana Mambo, dirigida por Roberto Rossen en 1954, la cual tuvo también en su reparto a Silvana Mangano y Vittorio Gassman.