Bajo los destellos de las luces de la Guacherna, la ciudad se convirtió en escenario de una transformación única. Los habitantes de calle, generalmente invisibles para la sociedad, pudieron ser uno de los protagonistas en un desfile que desafió prejuicios y demostró que el arte tiene el poder de cambiar vidas.
Ellos son hombres y mujeres, entre los 18 y 65 años, pertenecientes al programa ‘Habitantes de Calle’ de la Alcaldía de Barranquilla, que desfilaron luciendo atuendos representativos del Carnaval como María Moñito, garabato, marimondas, Son de negro, monocucos, cumbia, congos, entre otros.
Desde las sombras de la marginalidad, estos individuos encontraron una voz en la avenida principal. Con vestimentas coloridas y portando sus propias creaciones artísticas, desfilaron con dignidad y valentía. Cada paso resonaba como un testimonio de resiliencia, desafiando las adversidades cotidianas.
La comparsa es dirigida por el coreógrafo Emanuel Pérez Cortez, quien hace parte del grupo interdisciplinario del programa. Este año, señaló el Distrito, la puesta en escena será con ritmos tradicionales del Caribe como merengue, tropical y champeta africana.
Las barreras sociales se desdibujaron, dejando espacio para la apreciación del arte como un catalizador de cambio. Este evento no solo iluminó las calles, sino también corazones, recordando a la sociedad que cada individuo, independientemente de su situación, posee una narrativa valiosa.