Lorena Meritano es una de las presentadoras, actrices y modelos más reconocidas de Latinoamérica. La argentina llegó a nuestro país en 2001 invitada por el fallecido libretista Fernando Gaitán, quien la involucró en la secuela de Yo soy Betty, la fea, conocida como Ecomoda, y desde ese momento quedó enamorada de este país.
En estos días Lorena estuvo de visita en Barranquilla para recibir la condecoración con la que oficialmente fue nombrada Embajadora de la felicidad para América Latina, de manos de Ser Feliz is Free International Fundation, reconocimiento que tomó con mucha alegría, teniendo en cuenta que se ha convertido en un ejemplo de superación para miles de personas que ven en esta sobreviviente de cáncer a una súper heroína.
“Me siento feliz y honrada de haber sido invitada a este desparpajo de felicidad. La felicidad sana, cura, la felicidad es una manera de construir salud”, reconoció Lorena en entrevista concedida a
AL DÍA.
No es la primera vez que visita la ciudad, el mes pasado recibió de manos de Teófilo Gutiérrez la camiseta de Junior. Lo más curioso es que en su quinta estadía en La Arenosa se quedó de nuevo con las ganas de degustar uno de los bocados más deliciosos de la comida costeña.
“Es mi quinta vez en Colombia y aunque ya no vivo aquí me siento honrada cada vez que me invitan. Me quedaron debiendo una arepa de huevo o sea que voy a volver una sexta vez para comérmela”.
Todavía no se cree que haya sido nombrada como embajadora de felicidad, pero desde ya se puso la camiseta de construir en todo el continente una gran red donde la alegría y la salud vayan de la mano.
“Me parece un gran proyecto que generará salud, que es lo que a mí me compete y me importa. Todavía no me la creo, pero es un gran honor, a la vez un gran compromiso porque esto no es una placa más en mi vida, es como un concepto que construiré en carne propia en mi vida, en mí día a día. Aunque es metafórico para mi es real porque la vida me ha dado mucho trabajo… andarla, vivirla y sufrirla, gracias a Dios porque de ahí he sacado cosas muy buenas”, confiesa.
Esta distinción no la aleja mucho de lo que venía haciendo en redes sociales por lo que ahora trabajará de una manera mancomunada con la fundación para extender el mensaje de que se pueden superar las adversidades siempre y cuando se haga una buena gestión de las emociones.
“Llevar la mención de embajadora latinoamericana de la felicidad es seguir llevando el mensaje de Lorena sobreviviente, sumándole alegría y concientizando a las personas sobre la salud, seguir llevando fe y esperanza donde hay dolor”.
Lorena ha padecido cáncer de seno y no lo narra como una víctima, sino como una alumna de una enfermedad a la que considera una maestra por todo lo que le ha enseñado a su vida, a ser más fuerte y a demostrarle al mundo que no necesita de una pareja o de sus senos para considerarse una mujer completa. También deja un mensaje constructivo para aquellos que están cercanos a esta enfermedad, ya sea como pacientes o como familiares y/o amigos.
“Hay que enseñarles a las personas que están pasando un proceso de enfermedad que sí se puede aunque no es fácil, que hay que hacerle caso a los médicos, pero hay un montón de herramientas alternativas que nos pueden ayudar a sobrevivir este proceso, que el cáncer es un maestro que llega a nuestra vida por algo y que hay que aprovecharlo, porque las enfermedades son agentes de cambio. Les propongo cambiar para ser mejores personas”.