Cinco películas inspiradas en la obra de Gabo

Para Gabriel García Márquez, el cine y la literatura son “una especie de matrimonio mal avenido”. En una entrevista concedida en 1987, el Premio Nobel de Literatura explicaba cómo el pensamiento idealizado del cine como arte autónomo le llevaba a creer que el propio director debía contar su historia completa “sin la ayuda de ningún texto literario”.

Pero el mismo Gabo sabía que esta idea contradecía la realidad del universo cinematográfico porque el cine y la literatura, decía él, “no pueden vivir ni juntos ni separados”. Tanto así, que la relación de éste con el séptimo arte fue en gran parte un amor frustrado.

De joven Gabo anhelaba ser cineasta, un sueño que lo terminó convirtiendo en escritor. Así las cosas, su relación con el cine fue más que cercana y sus guiones lograron, entre otros reconocimientos, dos premios Ariel al mejor guion original por la película Presagio, en 1974, y por El año de la peste, en 1980.

Gabo se esmeró estudiando cine en la academia, participando en un sinnúmero de producciones y fomentando la realización cinematográfica en América Latina: hizo parte del Centro Experimental de Cinematografía de Roma, fundó en Cuba la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños e incluso incursionó como actor en las adaptaciones de varios de sus cuentos. Pese a eso, sus proyectos estuvieron inmersos en su propia decepción. Y la razón principal es esa dificultad innata que supone recrear su realismo mágico en la pantalla.

Eso, por supuesto, no ha impedido que sus relatos sean adaptados cinematográficamente, como tampoco que se hayan librado de los dardos filosos de la crítica especializada. Pero de todas sus obras, ha existido una a la que Gabo protegió celosamente y cuyos derechos fueron comprados ahora por la plataforma de Streaming, Netflix, que anunció la producción de una nueva serie basada en ella.

“La razón por la cual no quiero que Cien años de soledad se haga en cine es porque la novela, a diferencia del cine, deja al lector un margen de creación que le permite imaginarse a los personajes, a los ambientes y a las situaciones como ellos creen que es (…) En cine eso no se puede. Entonces prefiero que mis lectores sigan imaginándose mis personajes como sus tíos y mis amigos y no que queden totalmente condicionados a lo que vieron en la pantalla”, dijo Gabo en una entrevista a Caracol Radio en 1991.

Pese a esa actitud reacia, hijos de García Márquez, Rodrigo García y Gonzalo García Barcha, quienes serán los productores ejecutivos de la serie, coinciden en que la época dorada de las series es “el mejor momento” para por fin adaptar una de las obras cumbres de la literatura latinoamericana “a las audiencias globales de Netflix”.

Aquí, algunas de las grandes obras de Gabo que han inspirado producciones cinematográficas, unas elogiadas, otras criticadas.

Crónica de una muerte anunciada (1987)

Producida entre Italia, Colombia y Francia y dirigida por Francesco Rosi, este filme narra el asesinato de Santiago Nasar por los hermanos gemelos Vicario. Fue rodada en Mompox y Cartagena.

El amor en los tiempos del cólera (2007)

La película fue dirigida por Mike Newell y producida por Scott Steindorff, quien le insistió por años a Gabo para que le vendiera los derechos de la obra. La cinta es protagonizada por Javier Bardem.

En este pueblo no hay ladrones (1964)

En la cinta participaron Juan Rulfo, Abel Quezada y Carlos Monsiváis como jugadores de dominó, e incluso el mismo Gabo, que actuó como cobrador en un cine. Fue dirigida por Alberto Isaac.

Eréndira (1983)

La adaptación del relato ‘La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada’, dirigida por el brasileño Ruy Guerra, fue ganadora en México del Premio Ariel a la mejor escenografía en 1983.

El coronel no tiene quien le escriba (1999)

Fue una coproducción internacional entre México, Francia y España, que contó con la dirección del mexicano Arturo Ripstein. La cinta fue protagonizada por la actriz Salma Hayek.