No había terminado de sonar Faltan cinco pa’ las doce cuando ya sonaba El torito. Desmontando la decoración navideña se va armando la fachada carnavalera y las tendencias de este año le apuntan a las guirnaldas, banderines, sombreros y apliques que vayan en línea con la generación de conciencia medioambiental.
En un recorrido hecho por el centro de la ciudad, nos encontramos con Dina Pérez, quien trabaja en un almacén de variedades que se ha especializado en la decoración carnavalera.
La decoradora explicó que si bien es cierto todavía se siguen empleando los apliques tradicionales y las figuras representativas de los diferentes personajes que hacen parte del Carnaval, este año se está dando un giro hacia lo natural por lo que incluir follajes puede ser una buena alternativa con el fin de mandar un mensaje para proteger el medio ambiente.
De acuerdo con Dina, las cayenas no pasan de moda. Estas flores, hechas de papel o icopor, año tras año mantienen su protagonismo por ser las insignes de la ciudad.
“Se está dando un giro a lo natural, en especial a todo aquello relacionado con el cuidado de los bosques y entornos tropicales. Esta tendencia envía un mensaje para proteger el medio ambiente”, indica.
De fondo sonaba La canción del Carnaval del Checo Acosta y la gente seguía buscando entre los adornos uno de su agrado para completar su decoración, como en el caso de Gilma Navarro, quien dijo que desde finales de diciembre ya estaba “comprando cositas” para poner la fachada de su casa en modo carnavalero.
Y cuando uno cree haberlo visto todo aparecen más adornos, pero esta vez en otro local, ahí nos recibió Luis Muñoz, su administrador, quien con su acento paisa se confiesa un aficionado del Carnaval.
Lo primero que encontramos fue una piñata con forma de negrita puloy. Esta, según Muñoz, es muy utilizada en diferentes celebraciones como cumpleaños, matrimonios temáticos y fiestas de cuadra, aunque no se descarta que sea empleada como elemento decorativo de una fachada carnavalera.
Los banderines también hacen parte de los motivos decorativos. Según Pérez y Muñoz ayudan con la idea de darle un aire más popular a la decoración. En las fachadas de las casas se pueden colgar y hacen alusión a esos salones burreros de antaño.
Las guirnaldas también tienen su espacio este año. Ya es costumbre ver esas cintas de colores revolotear con el soplar del viento y este 2020, según los decoradores, no será la excepción.
Por último, y no menos importante, los muñecos grandes con forma de personajes del Carnaval pueden convertirse en el recepcionista indicado para darle la bienvenida a sus invitados.