Óscar Prince y Jonathan el Meke, se unen para traerle al público una canción que le canta al amor. Así lo definen estos artistas que fusionaron champeta, acordeón y un poco la ranchera carcaterístico del “Galán de la champeta”.
Óscar siempre se ha caracterizado por llevar en su repertorio canciones románticas mazcladas con el ritmo Champetú. Apasionado por la música mexicana incorpora sonidos y saca provecho de estas fusiones para hacerlas llegar a todos los rincones del país.
Cuando el intérprete de “La mejor de todas” quiso hacer una invitación a Jonathan para hacer parte de su nueva producción discográfica, cuenta que dudó que Jonathan aceptara, por los temas de su religión y del alto que había hecho el cantante en su carrera. “Jonathan estaba cohibido porque es cristiano y tiene sus restricciones, pero cuando el escucho mi propuesta, me pidió dos cosas”. Afirma Prince.
El ‘Meke’ en medio de su crecimiento espiritual escuchó la oferta y aceptó, pero tuvo sus condiciones, “La canción debía ser una canción que hablara de amor, con una letra bonita, que transmitiera un mensaje. Por eso cuando vi la canción acepté por su letra, pero también tuve otra petición y era que me regalara 30 segundos en medio del video”. Contó Jonathan.
Los 30 segundos que pidió el artista los necesitaba para realizar una intervención que le permitiera hablarles a las personas y entregarle un mensaje lleno de mucho amor, “yo no podía aceptar esa canción y cantarla sin ningún propósito, yo tenía un mensaje que transmitir y así se dio”, afirmó
La canción se grabó y la estrenaron llevándole un mensaje de esperanza al público, con un video emotivo, que llega al corazón de la gente. Así como los artistas manifiestan “las personas nos escriben y dicen he visto el vídeo tres veces he llorado, es ahí cuando te das cuenta que estás haciendo las cosas bien", cuenta Oscar.
Los inicios del ‘Meke‘
Jonathan Jaraba inició su carrera con un grupo llamado código 3, donde bajo la dirección de Chelito de Castro, debutó en su carrera al lado de Panguito Maestre, Rashid Zawadi y Alex Martínez, posteriomente recibe un llamado del “Pollo Isra” y se vinculó a la agrupación el Binomio de Oro, aquí grabó una canción llamada el Meke, que fue el éxito de su carrera, tanto, que de ahí recibió su nombre artístico.
Estando en el Binomio, pero ya con otros propósitos en su mente, recibe un llamado de Yader Romero, Vocalista de Kvrass que le propuso ingresar al grupo cuando el cantante ‘Rafa’ Pérez había salido de este y había emprendido su carrera como solista.
Jonathan confiesa que no era los planes que tenía en su cabeza, “me reuní con Yader que me propuso ser integrante de Kvrass, la verdad yo tenía otros proyectos y estudiaba otras posibilidades, pero lo pensé y se dieron las cosas con la agrupación”. Debido a su carisma, la calidad vocal y su gran capacidad para interpretar canciones románticas, vallenatas y al mejor estilo de Kvrass, se convirtió en el integrante ideal. Su carrera fue en ascenso y todo se pintaba viento en popa. Los seguidores eran cada vez más, las presentaciones no faltaban y ese momento de brillo y estrellato por el que pasaba el grupo en su momento lo vivió el cantante y fue uno de sus protagonistas.
En medio de la apretada agenda que vivía con el grupo Kvrass, Jonathan se encontraba cada vez más con Dios, empezaba a crear un lazo y una relación más estrecha y comenzaban a llegar a su cabeza pensamientos de cambio, “Yo tenía la visión de hacer un cambio, de empezar a cantarle verdaderamente al amor y de también de comenzar a llevar un mensaje con el don que Dios me dio”, cuenta el Meke.
Conocer a Dios y caminar junto a el, fue todo un proceso que incluso tuvo etapas, “Yo viví tres etapas, la primera fue hace 4 años y ahí conocí a Dios, la segunda fue creerle, porque es muy diferente creer que existe y creerle lo que te dice y la tercera fue la más determinante, donde yo decidí empezar a actuar como Dios me lo transmitió y como Dios me decía que era correcto andar, aquí Dios me dijo que debía hacer un paso al costado, me demoré en tomar la decisión porque como todos lo sabemos, es difícil caminar en su orden, cuando no estás acostumbrado, pero luego de decidir, me di cuenta que había hecho lo correcto, que hice lo que Dios había puesto para mí” cuenta de manera emotiva artista.
Los inicios de Óscar Prince
Óscar Ariza inició en compañía de unos amigos, la agrupación llamada "Magestic", que fusionaba ritmos sanandresanos con música urbana.
Cuando decide ser solista y se vincula con su actual manager Sharif, incursiona en la champeta, pero se dispuso a no entrar en el mismo ritmo que venían haciendo sus colegas y tampoco en lo mismo que todos los artistas cantaban, así que el interprete decidió darle un giro a la champeta.
Sacó provecho de su pasión por la música méxica y comenzó a fusionar la champeta con ranchera, complementándola con letras románticas que transmitan amor y respeto por la mujer. Por eso, dice que, dudó tanto grabar "Champetúa" no porque fuese una letra irrespetuosa, sino porque no es una canción que estuviera en los mensajes que el buscaba transmitir a las personas, "Cuando canté "Champetúa" fue como un cambio de frente (como lo decimos en el fútbol), una canción bailable y que fue un “boom”, porque hoy en día es una de las canciones insignias de mi carrera, no es una canción que transmite algo con doble sentido ni nada, sino una canción para bailar y ya, no es dedicable ni romántica como mi estilo", afirma Prince.
Óscar se considera un hombre romántico, enamorado y agradecido con Dios y la vida y así lo refleja en canciones que no deningran el sexo femenino, no ofenden, ni atacan a las mujeres, pues vive rodeado de dos (Su hija Antonella y su esposa Tania) y que aportan un poco de sensibilidad que de una u otra manera llegan al corazón de las personas, dejando el tan mencionado “mensaje de amor”.
Música con mensajes reales
Este par de amigos se conocen hace varios años, es por esto que se complementan muy bien el uno al otro, en el ámbito musical.
‘El Galán de la Champeta’ y el Meke, dos jóvenes, uno barranquillero y otro mexicano pero barranquillero por adopción. Amigos de la vida y posteriormente del medio artístico, con muchos sueños y metas en común, hoy brillan juntos, en una etapa de su vida que llega después de muchas experiencias.
Maduros y con un gran crecimiento espiritual, Jonathan con un mensaje de vida, buscando edificar con el don que le Dios le dio y Oscar llevando un mensaje de respeto en sus canciones, pretenden marcar y transformar vidas y sobre todo transmitir valores a través de su música.