¿Por qué hay gente que teme a los febreros de 29 días?

El año que transcurre es bisiesto, lo que quiere decir que contiene 366 días, uno más de lo habitual. Este fenómeno que ocurre cada cuatro años encierra una serie de energías que han llevado a la creación de dichos populares como: “Año bisies­to, año siniestro”, o “Año bisiesto, entra el hambre en el cesto”. Estos refranes han marcado históricamente la llega­da del 29 de febrero (el día adicional de este 2016) con una energía oscura.

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— pictoline (@pictoline) enero 7, 2016

En la tradición mundial el día ex­tra en el segundo mes del año, el cual fue agregado durante el man­dato del emperador Julio César, es asociado con pestes, hambrunas y otras desgracias; pero para otros, este “capricho del calendario”, pasa desapercibido.En la antigüedad, cuando un niño venía al mundo el particular día del año bisiesto, se pensaba que era al­gún ser maligno o con poderes sobre­naturales.

Los mitos tras la maldad de los “hi­jos del año bisiesto” se cree podría provenir de la cultura romana, que según la tradición, el mes de febrero marca las festividades de los muertos y del dolor. A raíz de esto, todas las calamidades y fatalidades de este mes al tener un día extra, se aumentaban al doble se­gún la tradición.

Era tan fuerte esta creencia entre los romanos, que las puertas de los templos permanecían cerradas duran­te el mes de febrero, nadie se casaba, ni salía de sus hogares, pasando largas jornadas de encierro para evitar los males del oscuro período.

Asesinatos y desastres históricos

El hundimiento del Titanic en 1912, el estallido de la Guerra Civil en 1936, o los asesinatos de Mahatma Gand­hi, en 1948; Robert Kennedy y Martin Luther King, en 1968; John Lennon, en 1980 e Indira Gandhi, en 1984, tie­nen algo en común, y es que ocurrie­ron en año bisiesto. Quizás sea solo coincidencia, pero son muchos los misterios que encie­rran estos años.

Entre los eventos a destacar en este 2016 están varias llu­vias de me­teoritos, en­tre las que se destacan las progra­madas el 6 y 7 de mayo, producidas por los restos del famoso co­meta Halley. Otra importan­te ocurrirá el 28 y 29 de julio, proveniente de la constelación de Acuario. Am­bas son vistas con cierto temor en este planeta.

Otro evento que llama la atención de los astrólogos es el tránsito del planeta Mercurio frente al sol. Es­te evento solo es visi­ble por medio de telescopios que posean filtros so­lares. Según los expertos una vez ocurran esto, se vienen una serie de cambios pa­ra los diferen­tes signos del Zodiaco.

Pero no so­lo la tradición habla de des­gracias para todo aquellos que cumplen años o ce­lebran oca­siones espe­ciales los 29 de febrero, ya que los dichos populares también ad­judican condiciones especiales a los ni­ños nacidos en estos ciclos y bendicio­nes para aquellos que contraigan algún tipo de contrato en esta fecha. La as­trología indica que los nacidos el día 29 son llamados “elegidos” porque es el “número del maestro”, por lo que na­cen con la capacidad de recepción mu­cho mejor para la esencia de su signo.

¿Será este un año bueno o malo?, la pregunta está abierta y todo depende de qué tanto crean las personas en es­te tipo de periodos.

¿Por qué ocurre este fenómeno?

Esta particularidad del calendario se hizo necesaria porque la duración del año astronómico -o el tiempo que emplea la Tierra en dar una vuel­ta completa al Sol- no son de 365 días exactos, sino de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos. Para solucio­nar este desfase, en el año 46 antes de Cristo, el emperador Julio César aprobó el calendario juliano, consi­derando años bisiestos aquellos divi­sibles entre cuatro.