Hoy inicia el mes de Todos los Santos o de las Santas Ánimas Benditas del Purgatorio, fecha dedicada a los espíritus de familiares o almas que hacen todo tipo de favores a las personas que hacen pacto con ellas. En la región Caribe colombiana los rituales hacia las ánimas pertenecen a las tradiciones religiosas ocultista de la antigua Barranquilla, que se practican desde la década de los 50.
Antes, cuando llegaba esta fecha, las creencias eran muy escalofriantes, se hablaba de espíritus de familiares que volvían a sus hogares a castigar o pedir un favor que no podía negárseles. Incluso, los viejos brujos ubicados en el centro de La Arenosa vendían las oraciones para
tener un pacto con estas almas
en pena que generaron todo tipo de relatos y leyendas urbanas.
LA CASA VERDE Y SUS ÁNIMAS
La Casa Verde
era un prostíbulo famoso de los años 60, situado por la calle 41 del antiguo Barrio Chino.
Según datos biográficos se sabía que este establecimiento era un lugar de fuerte adoración a las ánimas benditas del purgatorio, en el cual las prostitutas les hacían peticiones a familiares o antiguas compañeras de trabajo fallecidas, creando pactos misteriosos.
Una leyenda popular que hace parte de la Casa Verde es la de
Casandra
, una mujer que había terminado como prostituta luego de que su prometido descubriera que no era virgen y cancelara la boda. Casandra que laboró durante una década en esta casa de lenocinio, se colgó de una viga de una habitación, acabando así con su a existencia.
Luego de su muerte, los clientes salían corriendo aterrorizados de este lugar, ya que en medio de sus relaciones sexuales veían la aparición de una mujer colgada.“Mi abuelo me decía que en la Casa Verde las prostitutas les pedían favores a Casandra. En los cuartos le dejaban cigarrillos Piel Roja, coloretes, cartas de amor con ron compuesto, y en todas las habitaciones había una biblia para que no abandonara ese lugar”, cuenta Ismael Rodríguez, habitante de este barrio.
Lo mismo pasaría después con Luis Carlos Vergara, conocido como ‘Luchito’, hijo de la dueña de la Casa Verde, quien sufría de una rara enfermedad que no le permitió crecer. Falleció en 1973. Las prostitutas empezaron entonces a adorar al niño, y personas del común se les unieron pidiendo favores relacionados con premios de lotería y de mejoramiento de la salud. Muchos les dejaban juguetes y dulces en su tumba en el Cementerio Universal, camposanto en el que, muchos afirman, aún se le escucha jugar y reír por las noches.
Otra ánima popular dentro de un camposanto es la de Sabina Atilano, mujer que se convirtió en el primer cuerpo sepultado durante la inauguración del cementerio Calancala(24 de octubre de 1915).
EL PACTO DE UN VENDEDOR DE GUARAPO
En el centro de Barranquilla se habla con frecuencia de un escabroso pacto que tejió un comerciante con el ánima bendita de su abuelo. A inicios de la década de los 70 un antiguo negocio de guarapos tenía un éxito era arrollador. Tanto que llegó a ser envidiado por otros comerciantes, que reportaron a las autoridades que ese negocio no cumplía con las condiciones sanitarias.
El vendedor de guarapo y su pacto
Tras ser inspeccionado, fue hallada en el fondo una olla de guarapo un cráneo humano.
“Recuerdo esa noticia, se informó que era el cráneo del abuelo del propietario y que lo hacían para que el negocio permaneciera lleno”, explicó José Reinaldo Hincapié, locutor deportivo