La música vallenata ha estado ligada a una serie de hechos paranormales desde sus inicios. Así lo demuestra por lo menos la leyenda del acordeonero Francisco ‘El Hombre’, cuya identidad aún es todo un misterio.
La historia narra que una noche de 1870 este juglar iba como siempre sacándoles algunas notas al acordeón y cantando para hacer más ligero el camino. De repente se dio cuenta que cada melodía que interpretaba era respondida con una aún mejor por otro músico que no lograba divisar en la oscuridad. Luego de casi dos horas de enfrentamiento, Francisco se encontraba atónito por la interpretación de su contrincante, quien le estaba ganando.
Esta canción cuenta parte de la historia:
Francisco decidió seguir la melodía de su adversario hasta que por fin lo divisó entre la penumbra de la noche, sin embargo no lograba identificar plenamente de quién se trataba. De pronto la luz de la luna penetró la penumbra y la silueta de su contendor se hizo evidente, se trataba del diablo.
Fue entonces cuando el juglar comprendió que se estaba enfrentando en el máximo duelo, miró al cielo, y rezó el Credo al revés y entonó la melodía más hermosa y armoniosa jamás escuchada. Ante tal despliegue de habilidad, Satanás escapó entre las penumbras dejando como ganador del duelo a Francisco.
Historias como estas han sido contadas por nuestros ancestros, pasando así por distintas generaciones. Sin embargo, con los recientes hechos ocurridos dentro de este folclor, llama la atención ciertos aspectos premonitorios, tal como ocurrió con el recién fallecido Martín Elías Díaz Acosta.
EXTRAÑAS COINCIDENCIAS
Un hecho notable e inquietante es la extraña coincidencia de la muerte del Gran Martin Elías y la de su tío abuelo el acordeonero y compositor Martín Elías Maestre Hinojosa, toda vez que llevaban el mismo nombre, mueren a la misma edad, 26 años; y en un accidente de tránsito, expulsados del vehículo, y en el que el resto de ocupantes sobrevivieron. Además, tenían talento para la música y un carisma desbordante. Todo pareciera indicar que el destino los tenía marcados.
Rodrigo Estrada, evangelista cristiano, dice que los nombre puestos a la personas marcan su destino “más si son en honor a familiares difuntos, ya que marcan su estrella de la misma forma”.
Otro hecho comentado en las redes fue verso premonitorio de Martin Elías en su último concierto en Coveñas (Sucre): “A mí me duele papá, por qué se fue de mi lado/a mí me duele papá, por qué se fue de mi lado/no me voy a preocupar/ porque allá nos encontramos”.
Un caso llamativo seria el confesado por Rafael Santos, hijo del Cacique de La Junta, en el programa Se dice de mí, del Canal Caracol. En la entrevista que está colgada en Youtube, se puede escuchar que Santos comenta al minuto 39 cómo su padre con un gran don premonitorio le anunció que a su velorio llegarían dos perros negros para dormir debajo de su ataúd y que Santos sentiría escalofrío. “Así ocurrió, llegaron dos perros un día antes del sepelio y se postraron debajo del cajón, allí durmieron y nadie se atrevía a espantarlos, a mí se me aceleró el corazón, porque pareciera que mi papá me lo estuviera diciendo nuevamente. Todo lo que me había dicho años atrás se cumplió tal cual”.
En el caso de Kaleth Morales, quien también murió en un accidente de tránsito, son muchos los que afirman que su canción Vivo en el limbo era un vaticino de su muerte ya que “El limbo” es una parte donde los muertos esperan al partir de este mundo terrenal para entrar en el cielo.