Continuando con nuestro ciclo de ‘Películas Malditas’, diseñado para los amantes del séptimo arte y del terror, les traemos un clásico: Masacre en Texas, largometraje con el que miles de personas se aterrorizaron en las diferentes salas de cine. Debido a su inesperado éxito, dio a luz a tres secuelas y un remake. Pero tal vez lo que muchos ignoran es que está basada en una historia real y que durante su producción ocurrieron una serie de hechos que la llevaron a ser catalogada como una de las más misteriosas de la industria cinematográfica.
La trama está inspirada en Ed Gein, un asesino en serie especializado en robar tumbas, aunque no en la zona de Texas (EE. UU.), sino de Wisconsin. Gein era un hombre muy peligroso que conservaba cadáveres para hacer de todo con ellos, incluso trajes enteros de piel humana.
Ed Gein, asesino en serie norteamericano. | Foto: Archivo
El 17 de septiembre de 1957 estalló el escándalo, cuando agentes de la Policía que investigaban la desaparición de una persona, decidieron ingresar a la casa de Ed, uno de los sospechosos. Tras ingresar al inmueble, encontraron el cuerpo de la víctima colgado de los tobillos, decapitado y abierto por el torso. Entre otros macabros hallazgos, encontraron también diez cabezas de mujer, sillas forradas con piel humana, un cinturón de pezones humanos y una caja de zapatos con nueve vulvas. Todos estos objetos fueron fotografiados y destruidos.
Ed Gain fabricó objetos con la piel de sus víctimas | Foto: Archivo
El primer hecho extraño que se desprendió de todo esto es que tras ser arrestado, la casa sin motivo aparente empezó a ser consumida por las llamas. Esto fue una especie de advertencia sobre las energías que rodeaban a este personaje que es considerado como legendario.
UN RODAJE TRAUMÁTICO
Un artículo publicado en la revista Texas Monthly revela que el equipo técnico y artístico lo pasó un poco mal en la grabación de la película. La cinta se rodó en cuatro semanasentre el 15 de julio y el 14 de agosto de 1973 con muy bajo presupuesto. Al parecer, las 40 personas que participaron en el filme (productores y actores) aguantaron el calor abrasador de Texas con un único baño, ya que muchos de ellos comenzaron a enfermarse.
El protagonista Gunnar Hansen, quien falleció el año pasado, estuvo a punto de anticipar su deceso durante las filmaciones,luego de que la motosierra que utilizaba para fingir dar muerte a sus víctimas se descontrolará y le rosará el cuello.
“Se usaron esqueletos reales para ambientar las escenas más dramáticas, lo cual despertó nuestros miedos. En la primera toma debía golpear a uno de mis compañeros con un martillo de goma y aún no me explico cómo terminé generándole graves heridas, ocurrían muchas cosas extrañas que terminaron haciéndonos mucho daño”, declaró Hansen a Texas Monthly.
Pero este no fue el único inconveniente. Además de trabajar entre 12 y 16 horas diarias, los siete días de la semana, los actores no se cambiaron de ropa durante el mes de rodaje. La historia de La matanza de Texas tiene lugar en 24 horas y, para preservar la continuidad y no aumentar el escaso presupuesto, el director Tobe Hooper quiso que Gunnar Hansen (Leatherface) y sus compañeros no cambiasen de vestuario, lo que terminó enfermándolos.