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Hechos sobrenaturales ocurridos a los investigadores judiciales

Tres historias en las que las víctimas asustaron a quienes husmeaban sus casos.

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La cámara fotográfica es uno de los grandes inventos que transformó la vida de las personas, permitiéndoles captar momentos especiales en el espacio y tiempo preciso que ocurrieron, regresando a ellos cuantas veces quiera, como si se tratara de una máquina del tiempo.

Sin embargo, este dispositivo también es utilizado en algunos campos para captar imágenes tristes y escabrosas. Así le ocurre a los investigadores judiciales, profesionales que se encargan de registrar tragedias, crímenes y otros casos que necesitan ser analizados o difundidos por las autoridades y medios de comunicación en los que con sus lentes registran estos fatídicos momentos.

Para muchas personas estas imágenes no ameritan ser coleccionadas debido a que podrían generar experiencias sobrenaturales relacionadas con los protagonistas de las fotografías. A continuación presentamos tres enigmáticas historias ligadas a este oficio.

EL INDÍGENA ARROLLADO

El fotógrafo forense Steven Horta, cuenta una experiencia tétrica que le ocurrió cuando empezó a desempeñar este oficio. “En uno de mis primeros trabajos me enviaron de madrugada a tomarle fotos al cadáver de un indígena que había sido arrollado por un camión que llevaba contrabando de mercancía, dejándole la cabeza aplastada. Sin inmutarme tomé las imágenes necesarias y me fui a dormir”, relata Horta que en medio de su siesta sintió que le tocaron el hombro, y al abrir los ojos observó al indígena de la tomas sentado en la cabecera de su cama con la cabeza destrozada diciéndole: ¡Libérame!.

“Grite y salí corriendo del cuarto, pensé que había tenido una pesadilla pero mi cámara parpadeaba con la imagen del indígena arrollado por el camión”, recordó Horta quien más tarde se enteró que la víctima del accidente pertenecía a un cabildo indígena que maneja la creencia de no tomarse fotos porque su almas quedan atrapadas.

EL ASESINO DE LA ALMOHADA

Un caso aún más impactante es el contado por Clara Helena Figueroa, pensionada fotógrafa forense de la Fiscalía General de la Nación, quien le contó al grupo Costa Paranormal que junto a su equipo fue enviada a la Cárcel La Picota de Bogotá a tomar las fotografías de una escena del crimen dentro de una celda. Se trató de un preso que había sido asesinado por medio de asfixia mecánica con una almohada mientras dormía. Ella relata que hizo las tomas pero después sus noches serían turbulentas. “Mientras dormía junto a mi esposo sentía que me asfixiaban, hasta que cierta noche me taparon la boca y comencé a patalear. Mi esposo asustado quitó una almohada que tenía en la cara y de inmediato comencé a vomitar”.

Figueroa confiesa que relacionó el caso con el preso asesinado y averiguó sus antecedentes, descubriendo que había matado a varias mujeres que violó, tras asfixiarlas.

LA JOVEN SUICIDA

Otro caso escalofriante es el narrado por Richard Aguirre Ex fotógrafo judicial de un antiguo periódico de la región que en sus inicios impactaba en sus portadas por sus fuertes imágenes sangrientas. Richard cuenta que en uno de sus trabajos periodísticos tomó la foto de una joven de 15 años que se había quitado la vida en su cuarto al cortarse las muñecas y el cuello. “En uno de mis sueños la joven me habló y me dijo: “Mira bien las fotos, yo no me suicidé, me mataron”.

Posteriormente las autoridades esclarecieron el hecho y capturaron al padrastro de la joven que la asesinó porque la abusaba constantemente y tenía miedo de de ser denunciado.