¡Hoy es Halloween! una festividad enigmática que está cargada desde sus orígenes de datos misteriosos referentes al mundo de los espíritus y su regreso a nuestro planeta. El génesis de esta celebración se remonta a los sacerdotes Druidas (Gran Bretaña) que conocían muy bien que en este día se establecía un tránsito fuerte de los espíritus por nuestro mundo, concientizando a las personas de no sentir temor por los seres fantasmales en esta noche.
También les manifestaba que debían tenerlos presentes en sus casas cuando empezaran las visitas de estas almas que podían cumplirles favores o agravios, dependiendo del respeto y sentimiento del anfitrión que recibía cada alma en horas nocturnas.
Con la migración de algunas creencias adoptarían el Halloween como parte de sus fiestas, convirtiéndola en una celebración mundial en la que simbólicamente grandes y pequeños disfrutan al salir disfrazados para pedir dulces.
Conociendo la importancia espiritual de este día muchos aprovechan para hacer un sinnúmero de rituales desconocidos, pero que a continuación el grupo de investigación Costa Paranormal presenta en AL DÍA.
Los ‘duendes dulceros’ del calancala
En el Cementerio Calancala de Barranquilla existen numerosos rituales que se hacen el 31 de octubre, algunos prohibidos por este camposanto católico, que fortalece la seguridad nocturna en la también denominada Noche de Brujas, debido a que en los años 70 y 80 era invadido de noche por brujos y hechiceras para invocar antiguas brujas enterradas allí.
Actualmente se practican a la luz del día rituales ligados a las dos tumbas de las ánimas benditas que se encuentran en su interior. Se trata de la baranoera Sabina Atilano, que es el primer cuerpo sepultado en el Calancala (24 de octubre de 1915) y la misteriosa tumba de un extranjero que posee muchas historias interesantes de favores hechos.
Un ritual que genera curiosidad un día como hoy en este cementerio es la práctica de poner dulces a los “Duendes Dulceros”. Esto lo hacen personas que piden favores a las almas bondadosas de niños fallecidos, a ellos les ponen dulces alrededor de una estatuilla blanca de un infante que se encuentra antes de las tumbas de los menores.
Según la leyenda las personas que tocan esta estatuilla sin conocer el ritual sienten que le jalan la ropa como si se tratara de niños reclamándoles algo; por eso debido a esta práctica es muy común ver en noches como la de hoy esta enigmática estatuilla llena de dulces o botellas con golosinas, las cuales misteriosamente desaparecen.
El vaso de agua y la vela
Una práctica muy común a realizarse hoy es la del vaso y la vela. Este ritual es utilizado por las personas que quieren pedir favores a un difunto, poniendo un vaso de agua en el patio, siendo solo iluminado por una vela, formando a su alrededor un círculo con las cosas que le gustaban al difunto. El ritual que inicia a las 12 de la medianoche según explica la médium y espiritista barranquillera Raquel Graziani, se debe hacer “cuando todo esté en silencio. De repente va a sentir una respiración y verá al difunto llegar donde está el vaso y la vela. En ese momento debe invitar a tomar agua al espíritu y luego pedir el favor. No debe sentir miedo, ni tampoco dejar apagar la vela, solo al final de la conversación cuando sea apagada por el soplo del ánima”.