Sin dolientes se encuentra el Cementerio Nuevo de Soledad. En este camposanto reina el abandono y la desidia. Las basuras y la maleza predominan en los pasillos, donde a lado y lado se levantan las bóvedas.
Pero lo más preocupante, según denunció en esta redacción José Meriño Altamar, quien hace mes y medio sepultó a su madre en este lugar, es que personas inescrupulosas sacan de las bóvedas los restos óseos, sin ningún tipo de medidas higiénicas, y los dejan a la intemperie.
José Meriño fue quien denunció el problema | Luis Felipe De La Hoz.
El Cementerio Nuevo de Soledad es administrado por la Alcaldía de ese municipio, pero esta no recibe un solo peso por concepto de impuestos.
Las bóvedas tienen ‘dueños particulares’ que supuestamente deben pagarle a la administración municipal un arriendo.
Algunos lo hacen, otros no. AL DÍA fue a este camposanto, situado en la vía al aeropuerto Ernesto Cortissoz, a un costado de la entrada del barrio Manuela Beltrán (Soledad), y conversó con Roberto Peña, técnico de oficina y empleado del cementerio; así como con el portero Rafael Blanquiceth, y dos de los cuatro sepultureros.
“No es cierto que aquí permitimos que los dueños de las bóvedas saquen los huesos y los dejen botados. Hay gente irresponsable que lo hace a nuestras espaldas. Este cementerio carece de vigilancia para evitar ese tipo de situaciones. Sin embargo, cuando nos damos cuenta de eso inmediatamente los recogemos”, precisó Peña.
En un recorrido que AL DÍA hizo este sábado a lo largo y ancho del cementerio, pudimos comprobar que hay decenas de bóvedas destapadas (casi el 80 por ciento de las dos mil que aproximadamente posee). En la mayoría de estas hay unos sacos que contienen restos óseos humanos, incluso en una que está situada al fondo del cementerio hay un ataúd. En otra hay una calavera al lado de un montón de fémures.
“Esto es dantesco. Esos huesos y esas bóvedas destapadas pueden ocasionar un problema de contaminación ambiental grave que no solo afectaría a los usuarios del cementerio sino a la comunidad residente en su alrededor”, dijo José Meriño.
CULPAN A LOS DUEÑOS DE LAS BÓVEDAS
De acuerdo con Roberto Peña este problema es causado por la irresponsabilidad de los dueños de las bóvedas. “Ellos piden un permiso para exhumar los restos de algún familiar para allí sepultar a otro. Esa labor la realizan los sepultureros, previo el lleno de un requisito: el cuerpo debe tener mínimo cuatro años de haber sido sepultado. La culpa de que este cementerio esté lleno de maleza y basura es de los dueños de las bóvedas, quienes no le hacen mantenimiento al área donde estas se encuentran”, explicó Peña.
El 80% de las casi dos mil bóvedas del cementerio están destapadas | Luis Felipe De La Hoz.
Armando Zambrano Vásquez, quien tiene 27 años trabajando como sepulturero en este cementerio, también responsabiliza a los dueños de las bóvedas del abandono en que estas se encuentran. “Entierran al familiar y no vuelven sino el Día de los Difuntos. No limpian las bóvedas y cuando sacan los restos para enterrar a otra persona no las sellan. Esa no es labor de nosotros ni de la Alcaldía”, dijo Zambrano Vásquez.
Otra calavera en otra bóveda destapada | Luis Felipe De La Hoz.
“El día que sepultamos a mi madre, el pasado 3 de septiembre, me percaté del abandono en que se encuentra este cementerio. Da grima ver cómo la maleza y la basura se han apoderado de los pasillos. La Alcaldía debería intervenir para ponerle coto a esta situación. Creo que lo que hace falta para mejorar la imagen del cementerio y evitar que se desate una epidemia por la exposición al aire libre de restos óseos, es que las autoridades municipales de Soledad intervengan urgentemente”, subrayó José Meriño Altamar.
PAÑITOS DE AGUA TIBIA
“La Alcaldía de Soledad solo se acuerda de limpiar este cementerio unos días antes del Día de los Difuntos. Y lo hacen para que la gente que viene ese día no diga nada. Esos son pañitos de agua tibia. Aquí lo que se necesita es una solución de fondo”, resaltó Jesús Ortega, un joven que visitaba la tumba de un familiar.
AL DÍA trató de obtener ayer la opinión de la administración municipal de Soledad sobre esta denuncia, pero el funcionario al que contactamos, que pidió reserva de su identidad, no estaba empapado sobre la situación del camposanto.
“Ya se acercan las elecciones y por aquí vendrán los politiqueros de siempre a proponer soluciones para el cementerio. Pura demagogia. No hacen nada. Cuando vengan los echaremos de aquí”, gritó Rosina Avendaño, quien se hacía paso entre la maleza para colocar unas flores ante la tumba de un pariente.
Otro usuario, Vicente Flórez, dijo con el ceño fruncido: “Compadre, en este cementerio hasta los fantasmas se asustan por tanto abandono”.
Roberto Oyola De la Hoz, quien tiene 40 años trabajando en este camposanto, asegura que les toca lidiar algunas veces con viciosos, quienes entran a consumir drogas. “Los espantamos y se van para otra parte”, subrayó. El Cementerio Nuevo de Soledad fue fundado en 1946 y a lo largo de sus 71 años de existencia nunca había necesitado tanto, como ahora, de una intervención urgente de las autoridades municipales soledeñas para expulsar los fantasmas de la desidia y el abandono en que se encuentra.