Muchas personas desconocen que algunos juegos como el parqués, las escondidas, piedra papel o tijera, la gallina ciega, saltar cuerda y las cartas, provienen de la época de la esclavitud. Este tipo de diversión era un privilegio para los hijos de los amos españoles, ya que los niños esclavos solo les esperaba el trabajo duro. Existe una leyenda oculta en Cartagena con datos de la Santa Inquisición que habla de un juego que fue prohibido, debido a que está ligado a un niño africano esclavo que como forma de protesta y resentimiento por no tener una niñez divertida, creó con ayuda de los espíritus oscuro de sus creencias y practicas africanas el primer juego para hablar con los espíritus del más allá. Mucho antes que la Tabla Ouija, existió este juego, generando muchos fenómenos escalofriantes en su tiempo y siendo apodado por la iglesia como ‘El parqués del Diablo’.
TOMASINO, EL ESCLAVO HECHIZERO
Según los datos de la Inquisición Tomasino fue un niño africano con deformación en sus piernas, criado bajo la esclavitud y el modo matriarcal, debido a que su padre había sido vendido a otros amos. Se cuenta que el niño mostrando su odio a la esclavitud española no hacia los trabajos que le imponían y se escondía a jugar solo para invocar los espíritus de sus creencias africanas que en las carta de denuncia a la Santa Inquisición decía: “El niño esclavo no realizaba su trabajos sino que a escondidas llamaba los demonios y Beelzebub (el diablo), ellos jugaban con él, les enseñaban hechicería y oscuros rituales con sortilegios de los mundos infernales que después les mostraría a los hijos de su amo, generando así sus muertes”.
EL PARQUÉS DEL DIABLO
Cuentan los datos de la inquisición y la leyenda que Tomasino como venganza y resentimiento a sus patrones por los sufrimientos que vivía su familia, debido a que fue separado de sus padres y vendido a otros amos, el niño le mostraría a los hijos de su patrones un parqués que llamaría Tozulu que significa: “Aquellos que nos ven, pero no los vemos”. Relata la leyenda que los niños jugaron con el parqués, el cual era muy diferente a los otros porque se jugaba de atrás hacia adelante y tenía órdenes escalofriantes que debían seguir al pie de la letra. En los archivos del caso llevado por la iglesia se puede leer: “El juego de los demonios del esclavo les ordenaba a los inocentes niños ir a sus habitaciones a verse en los espejos o buscar debajo de sus camas la aparición de algún animal como mensajero del diablo. Tomasino los convenció de jugar este parqués de Satán con la excusa de que los demonios les cumpliría cualquier deseo”.
Cuenta la leyenda que los niños terminarían una noche colgándose en su cuarto, quedando en un estado de agonía. Diego, el varón de los tres hermanos, que contó los detalles del juego de Tomasino moriría después, encontrándose en uno de los cuarto el extraño parqués.
Tras conocerse esta tragedia Tomasino fue enviado a la Santa Inquisición, siendo condenado a morir quemado en la hoguera por cometer actos de brujería, siendo el primer niño quemado por este misterioso parqués. Se muestra en la carta que mientras el fuego subía por sus piernas, Tomasino se reía y decía: “!En cada juego del parqués estará mi alma y la del diablo!”.