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El macabro ritual con el que los narcos le rinden tributo a su 'Patrona'

En México y El Salvador es una de las deidades a las que más le ofrecen altares.

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Debido a la fuerte disputa que se vive en México entre los carteles que pretenden dominar el negocio del narcotráfico, son muchos los santos a los que se encomiendan con tal de que sus negocios sigan prosperando y también para obtener protección.

La ‘narcoguerra’, silenciada desde hace décadas, y reanudada desde 2006, ha dejado más de 50.000 muertos. Es por eso que han creado su propia subcultura, de la que sus elementos más conocidos son los denominados ‘narcocorridos’. Algunos se han escuchado en Colombia como la Cruz de marihuana, de los Tigres del Norte.

Y en esta subcultura se incluye la relación con lo sobrenatural, pero como los narcos no pueden recurrir a la Virgen de Guadalupe, contra la que atentaron los revolucionarios en 1921, o a san Felipe de Jesús, primer santo mexicano y patrono de la capital, se han inventado sus vírgenes, sus santos y su clero, que no les exigen arrepentirse.

Ya en el lejano 1989, policías de Estados Unidos y de México descubrieron cerca de Matamoros una serie de tumbas en las que había 12 cuerpos sacrificados en rituales satánicos. Se les atribuyeron a una banda de narcotraficantes cuyos miembros estaban convencidos de obtener así resistencia contra las balas.

Los cadáveres aparecieron acompañados por vasijas, cabezas de cabras, tortugas y mucha sangre.

En los últimos años se ha levantado en México y Estados Unidos un culto organizado que atrae a los delincuentes y sus familiares.

Esta secta es conocida por entronizar a la Santa Muerte, también llamada Niña Blanca, una deidad horrible: un esqueleto vestido con una túnica recamada de joyería y con una guadaña.

Las referencias documentales indican que esta figura apareció en Ciudad de México en la década de los 50 en el ambiente del hampa.

Sacrificio humano

Su expansión se produce con el crecimiento del crimen, muchas de las víctimas son ofrecidas a esta enigmática deidad a través de altares construidos a su nombre.

Según una investigación hecha por la prensa mexicana, el número de altares levantados a la Santa Muerte ronda los 10.000, de los que 1.500 se encuentran en el Distrito Federal.

La última obra conocida de los adoradores de la Santa Muerte ha consistido en un sacrificio humano cometido en el estado de Sonora. Ocho miembros del culto, ahora detenidos, confesaron haber sacrificado a dos niños y una anciana, que además eran parientes cercanos suyos, y haber ofrecido la sangre de las víctimas a la Santa Muerte.

Pero no solo en México adoran a la Santa Muerte, también en El Salvador es uno de los santos a los que más le ofrecen altares.

“La Santa no debe ser utilizada para trabajos negros, ella está para pedirle protección, amor, salud, prosperidad y dinero. Ella no pide nada a cambio, está para ayudarnos y no para quitarnos nada. Lo único que se lleva al final es la vida, pero tarde o temprano sabes que vas a morir”, explicó Salvador Trejo, un joven, cuya familia lleva años vendiendo productos esotéricos y ha heredado los conocimientos sobre el tema.

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