Hoy, Domingo de Ramos, empieza la Semana Mayor. Si usted nació en la década de los 90 es probable que no sepa que, según las abuelas, si en Semana Santa una persona se baña después de mediodía el agua puede convertirse en sangre o le pueden salir escamas de pez en la piel.
A menos de que en su casa sean católicos recalcitrantes, quizá ignore que había una creencia que atemorizaba a las parejas:no podían tener sexo los días santos porque quedaban pegados. O que no se podía escuchar música secular.
Estos y otros mitos —o agüeros, como los quiera llamar— marcaron la infancia y juventud de muchas generaciones, sobre todo porque eran prohibiciones estrictas. Hacen parte de una tradición cultural que perduró durante el tiempo por la oralidad, pero se han ido perdiendo.
Antes era normal que los niños y jóvenes de la época, que no eran tan devotos, se aburrieran en la Semana Santa. “Uno no podía hacer nada en esos siete días porque casi todo era malo, era solo rezar, ir a misa, a procesiones y ya”, recuerda Andreína Cequea. Royner Rodríguez, lector de AL DÍA, rememora que no le prestaba mucha atención a las advertencias de la abuela Josefa Montero, y un Viernes Santos decidió desafiar las creencias de la matrona de la familia, nacida y criada en Repelón (Atlántico).
Entonces, convenció a tres primos para jugar un cuarto de dominó. “Vea que se los digo, eso es malo, el juego va a penar en la noche”, dijo la abuela y todos rieron. Revolvieron las fichas, cada uno cogió sus siete y empezó el juego. Ti, ta, ti, ta. Las fichas golpeaban la mesa hasta que uno de los primos fue a ‘acostarse’ con el doble cero o la ‘pelá’ y al dejarla caer en la tabla esta se partió por la mitad. El dominó era nuevo.¡Todos salieron despavoridos del susto! Historias como estas alimentaron aquella tradición oral que hoy ha desaparecido, como lo ratifica el sociólogo Orlando Andrade.
“Eso es algo cultural y los aspectos culturales se van renovando a medida que la tecnología avanza y el hombre va aprendiendo más de la vida, la naturaleza. Lo que sí se conserva es la fe religiosa, por respeto, por tradición, oral, de los papás los abuelos”, dice.
En AL DÍA seleccionamos siete mitos o creencias más populares se la Semana Santa. Si usted conoce otro, no dude en escribirnos.
'Si juegas fútbol, pateas la cabeza de...
¿De dónde viene este mito? Nadie da razón, lo cierto es que es la más terrorífica y descabellada. Los estudiantes esperaban salir de vacaciones para jugar fútbol, pero algunas madres decían: “No se puede, si juegas, no estás pateando un balón, sino la cabeza de Cristo”. Este Miércoles Santo juega Junior, el jueves la Selección Colombia de Mayores y el viernes la sub-23.
Solo hasta las 12 m se podían bañar
Aunque fuera una semana de vacaciones de las jornadas escolares o universitarias, había que madrugar a bañarse. Si uno dormía hasta tarde y lo cogía el mediodía sin ducharse, tenía que quedarse así, pues las abuelas decían que si se bañaban después de las 12 meridiano, el agua se convertía en sangre o la piel en escamas. ¿Recuerdan?
Cero carnes rojas, puro pescado
La única explicación que daban para que solo sirvieran platos con pescados en todas sus presentaciones, era que si comíamos carne roja estábamos ‘comiendo el cuerpo de Cristo’. Antes esto era sagrado, ahora muy pocos cumplen al pie de la letra la recomendación. La carne y el pollo hacen su aparición en la mesa, sobre todo por los precios exorbitantes de pescados y mariscos
Si tenían sexo quedaban pegados
Esta es la prohibición más discutida de todas, porque las parejas se rehusaban a acatarla, aunque de puertas para afuera dijeran que no corrían el riesgo. Los jueves ni viernes Santos abren sus puertas al público los moteles. Pero no por eso han dejado de sostener relaciones sexuales. Ahora es más frecuente que los novios visiten a las novias en sus cuartos, sin que los papás digan nada.
¿Idas al mar o a ríos? ¡Nada de eso!
Eran raros los paseos a playas o ríos. Si la familia decidía ir a visitar a parientes a pueblos, eran estrictos en ese sentido. “Se pueden ahogar”, solían decir los mayores. Ahora pasa todo lo contrario: las ciudades quedan vacías, pues la mayoría van a Cartagena, Santa Marta y pueblos costeros y atiborran las playas. Se bañan y se embriagan.
Nada de música secular, solo católica
Recuerdan las generaciones pasadas que durante la Semana Santa no se escuchaba música mundana, secular. Incluso, las emisoras comerciales cambiaban sus programaciones y solo sonaban música clásica y ponían el sermón de las 7 palabras, lo demás ‘era música del diablo’. Ya no es así, ahora ‘pecan’ con conciertos a la orilla de las playas más concurridas y las emisoras siguen con el ‘perreo’.
Si se corta un árbol puede brotar sangre
En Semana Santa estaba prohibido ir al monte y sobre todo podar un árbol o cortar una rama. Luis Felipe De La Hoz, reportero gráfico de este medio, cuenta que su papá un Viernes Santo no atendió esta recomendación y se fue al monte, podó un árbol y de regreso se cayó del caballo. ¿Coincidencia o castigo divino? El hombre duró varios días incapacitado.